miércoles, 20 de febrero de 2013

Ruptura


Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

M. Hernández.

La Literatura me ha salvado la vida muchas veces. Hoy me la salva una vez más, prestándome las palabras que no encuentro para expresar lo que impide salir a mi voz. 

Después de tanto, después de todo, hemos decidido separarnos. Si es definitiva o momentáneamente, solo el tiempo lo dirá.

viernes, 1 de febrero de 2013

Un sueño


Desde hace varios meses, se me viene repitiendo un sueño cuyo significado simbólico no soy capaz de interpretar. A lo largo de este tiempo, además, ha ido mutando su forma, a pesar de mantener su fondo. Y a juzgar por la última vez que lo tuve, hace apenas dos noches, el mensaje que intenta transmitirme resulta cada vez más acuciante.

En el sueño, vuelvo a vivir en casa de mis padres. Nunca es una decisión voluntaria o consciente. De pronto, me doy cuenta de que estoy viviendo allí. Lo curioso, lo que se repite siempre, es que, de manera súbita, recuerdo que tengo mi propia casa y que puedo vivir en ella. Que no necesito estar en casa de mis padres; que, de hecho, ya tenía una casa antes de volver a la suya; y que, simplemente, he olvidado que la tenía.

Ante esta situación me siento de muchas maneras. Las primeras veces que tuve este sueño, sentía mucha angustia. En realidad, por aquel entonces no soñaba que vivía en casa de mis padres, sino que me había quedado a dormir allí unos cuantos días. Al recordar que tenía una casa, me entraba una urgencia tremenda de recoger mis cosas y marcharme. Concretamente, solía pensar que tenía que salir de allí antes de que mis padres volvieran, o antes de que me descubrieran. 

Recuerdo un sueño en particular en el que me veía a mí misma sacando las cosas del armario, aterrada, mientras mi madre se acercaba por el pasillo: sentía que, si me veía, intentaría que me quedase, algo que debía evitar por todos los medios.

Junto a esta angustia, sentía también un gran alivio, una gran alegría. ¡Tenía una casa! ¡Se me había olvidado, pero la tenía!

Posteriormente, los sueño empezaron a cambiar. Ya no llevaba algunos días durmiendo en casa de mis padres por equivocación: muy al contrario, me daba cuenta de que estaba viviendo con ellos, que llevaba meses haciendo vida en su casa y que me había olvidado completamente de la mía. Pero ya no sentía esa angustia por marcharme, sino una gran preocupación por haber abandonado mi casa. ¿Cómo estaría? ¿Sucia y llena de polvo...? 

En estos sueños, además, me sentía muy desorientada, porque no conseguía recordar cómo era mi casa. Sabía que tenía una y sabía dónde estaba, pero había olvidado completamente su forma, si había comprado ya algún mueble para ella o si estaba vacía, si me podía marchar inmediatamente o era inhabitable, si algunas de mis cosas estaban allí y tampoco me había acordado de ellas en todo ese tiempo...

Entonces, cogía el coche y me iba a verla. Y la sensación siempre era parecida. ¡Pero si tenía una casa preciosa...! ¿Cómo podía haberme olvidado de ella? Nunca era igual, pero siempre era grande, luminosa, bonita. Y estaba llena de muebles y lista para vivir porque, de hecho, yo ya vivía allí antes de olvidarlo y acabar en casa de mis padres. 

A veces, incluso, en mi casa había animales o niños, sucios, llenos de polvo y abandonados. Y yo me quedaba perpleja, no daba crédito a mi "despiste" (ni al hecho evidente de que hubieran logrado sobrevivir todo ese tiempo). Y me ponía a limpiarlo todo (churretes de los niños incluidos), sintiéndome fatal por dentro, pero sabiendo, a la vez, que ya llevaba mucho tiempo viviendo en casa de mis padres, que ya no podía hacer una maleta rápida para volver a mi casa, pues me enfrentaba a toda una mudanza, algo que no era posible preparar de inmediato. Y eso me hacía sentir triste, frustrada y muy enfadada conmigo misma.

La otra noche, el sueño volvió a cambiar. La base era la misma: de pronto, me daba cuenta de que vivía en casa de mis padres aun teniendo una casa propia que ya había habitado anteriormente. Pero no hacía nada. Incluso recordaba cómo era la casa (esta vez, tenía una terraza enorme llena de plantas), aunque no podía sentir nada positivo hacia ella. Tampoco hacia la casa de mis padres. Me sentía como vacía por dentro.

Entonces, mi padre venía a hablar conmigo. He de decir que, frente a mi madre, que suele tener una función muy negativa en mis sueños, mi padre es un personaje más neutral. Se acercaba a mí con un rostro muy serio, que no suele mostrar en la vida real, y me decía que teníamos que hablar. Mi madre y él querían saber cuándo me iba a ir a vivir a mi propia casa. Al parecer, llevaba ya mucho tiempo viviendo con ellos, demasiado incluso, y tenía que regresar. Yo le decía que sí, que era consciente, que sabía que tenía mi propia casa y que había pensado en volver, pero que no tenía fecha para ello, ni perspectivas de mudanza siquiera. Y eso era todo.

No había urgencia, ni ansiedad. No había miedo ni ilusión. Ni siquiera me sentía sorprendida al recordar que tenía una casa propia, ni tenía curiosidad por su estado. Nada, no quedaba nada en mi interior.

Esta serie de sueños me causa muchísima desazón. Se me saltan las lágrimas simplemente al escribir estas palabras y recordarlos. Pero, por más conmoción emocional que sienta, por más claro que tenga que apuntan a algo importante, no los sé interpretar. 

Deduzco que el sueño tiene que ver con ir hacia atrás. Después de haber conquistado una autonomía, vuelvo a una situación de dependencia; frente a un proyecto de vida, regreso a una calle cortada, a una vía muerta desde hace mucho tiempo. Entiendo también que, aunque al principio parecía que mis padres eran mis padres y su casa era su casa, en realidad simbolizan otra cosa. Porque al final son ellos mismos los que me dicen que su casa no es mi lugar. 

¿Y qué significa mi casa? Para mí, la casa es un lugar seguro, donde sentirse a gusto, en el que puedo desarrollar muchos aspectos de mi vida. En estos sueños, además, suele ser un lugar hermoso, luminoso, con vida en su interior. La casa es, también, un reflejo de mi vida, de mis proyectos, de lo que es importante para mí. 

Así que entiendo que, según el sueño, he ido olvidando todo eso, lo he ido dejando a un lado hasta el punto de que ya apenas me importa. Mis emociones, buenas y malas, se han ido enfriando. Estoy atrapada en una especie de limbo, donde nadie me retiene pero de donde no quiero salir.

¿Se refiere esto a algo en concreto, o es una sensación general en mi vida? Tal vez sea lo segundo porque, si fuera algo más concreto, quizá aparecería en el sueño, que, por lo demás, es muy general.

¿Alguna sugerencia...?