Y eso es de lo que yo quería hablar: de los pinos tan hermosos y tan desconocidos que tiene Madrid, del encanto que bulle por todas partes en este paraje natural, que la gente dirá que no parece Madrid, y no lo parecerá, pero lo es, y eso es lo importante.
La noche electoral me sentí muy molesta con todos los comentarios que se hicieron sobre mi ciudad. A medida que avanzaba el escrutinio de los votos, los progresistas bajaban a favor de los conservadores, y todos los comentaristas exclamaban: “¡Esos son los votos de Madrid!”.
Y sí, es verdad, eran los votos de Madrid porque los votos de Madrid siempre se suman al final, porque nuestras mesas electorales son más numerosas que las del resto de España y tardan más en hacer el recuento; y sí, es verdad, la mayoría de los madrileños votó a los conservadores. Pero sólo la mayoría, y una mayoría no tan amplia como parecen querer ver algunos.
En Madrid vive gente muy diferente, como en cualquier gran ciudad. No todos los madrileños votamos a los conservadores, no todos los que les votan lo hacen por las razones que a los políticos les gustaría, y además, en Madrid hay mucha gente que vota progresista, y mucha gente (y por eso nos gobiernan los conservadores, a ver si nos vamos enterando) que se abstiene de votar.
En Madrid vive gente muy diferente, y todos somos de Madrid. Gente de todos los lugares de España, y gente de medio mundo, con sus ideas, sus culturas, sus visiones sobre la realidad. No somos homogéneos, aunque todos acabemos siendo madrileños, y por eso me niego a que se hable de nosotros como “ese gran feudo conservador”. No, no y no. Madrid no es así.
Yo he visitado ciudades donde realmente se respiraba el aroma de la España de los años 40. Donde he sentido que estaba totalmente fuera de lugar la idea siquiera de darle la mano a mi novia. Donde he visto mucha más homogeneidad de la que veo aquí, ciudades conservadoras de verdad, donde la mezcolanza madrileña se echaba de menos.
En Madrid se respira libertad. Cuando paseo por el centro, me siento a salvo. Es una sensación sumamente placentera, saberme a salvo, saberme arropada por mi ciudad, por mis conciudadanos, sean de donde sean, sean quienes sean. Y es una libertad que se extiende, que se contagia, y cada vez es más fácil encontrarte con parejas homosexuales en cualquier parque, en cualquier barrio, porque a la mayoría de los madrileños, homosexuales o no, progresistas o no, nos parece bien así.
El otro día leía en una novela de Almudena Grandes, una orgullosa madrileña, que la bandera de Madrid es la resistencia, y que como en la Guerra Civil, los madrileños llevamos grabado en el corazón el “No pasarán”. Completamente de acuerdo con ella, estoy segura de que los madrileños seguiremos construyendo nuestra libertad, ganándonos día a día esta gran ciudad, grande por acogedora, por abierta, por cosmopolita, por heterogénea, grande por ser un faro discreto del futuro, grande por ser un referente escondido entre la letra pequeña. Y que no importará lo que digan de nosotros, no importará si nos quieren utilizar una vez más para fines que no son los nuestros, no importará porque resistiremos, y porque cualquiera que desee comprobar qué es Madrid realmente sólo tiene que visitarnos, que pasear por nuestras calles, que observar a nuestra gente, y verán que no es cierto lo que cuentan de nosotros.
Muchos madrileños no elegimos el voto conservador: lo sufrimos.
Encantada de denunciarlo.
Que lindo lugar! Y que bueno que puedas sentirte segura, yo no siempre, pero bueno... En la provincia en la que vivo, llevábamos 24 años (prácticamente desde que estamos en democracia) bajo un gobierno que yo diría es conservador, y sorpresivamente, el año pasado, ganó un progresista, socialista... Me gusta saber que en la ciudad de una las cosas van cambiando... más allá de si somos mayoría o no, porque acá no ganó con amplia mayoría el partido progresista, sino en otra ciudad más grande...
ResponderEliminarme gustó pasear por tu blg, cuando visité españa una catalana me dijo: aquí esperabas cabezas abiertas? sólo en madrid y barcelona, falta mucho por hacer en españa...
ResponderEliminarmi abrazo a las y los que hacen por allí...
"Muchos madrileños no elegimos el voto conservador: lo sufrimos".
ResponderEliminar¡Chapeau! Yo no lo hubiese dicho mejor. Me molesta mucho que ciertos colectivos y agrupaciones se sientan con el derecho de hablar en nombre de todos. Como si alguien les hubiera dado permiso...
Por cierto, de todos los pulmones madrileños, me quedo con el Parque del Buen Retiro.
Encantada de saludarte, Encantada :)
Pues aquí otra madrileña que vota psoe...y sí, es cierto que hay mucha gente que vota al pp pero afortunadamente la diferencia entre ambos se ha acortado bastante si lo comparamos con las elecciones del 2000...poco a poco...
ResponderEliminarBesos.
Como dice Julieta, yo también me alegro de que las cosas vayan cambiando poco a poco en esta ciudad (y en este país). Aunque todavía queda mucho por hacer, prefiero la lectura positiva: aún tenemos mucho que aportar. ¡Lamentaciones fuera!
ResponderEliminarme quedo con la ultima frase, que para conocer mejor un sitio y sus gentes hayque visitarlo y no creer los estereotipos que crean políticos y medios de comunicación no sé bien a santo de qué... (lo dice una catalana....)
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Por desgracia, sobre Cataluña se dicen muchas cosas, y sin embargo, a mí, que soy madrileña, me encanta visitarla, admiro muchos logros catalanes y además, tengo muy buenos amigos que viven allí.
ResponderEliminar¡Fuera estereotipos absurdos!
Que mira que hay y mira que duelen :(