Este año, mi novia y yo nos hemos ido de vacaciones a Lisboa. Este destino era bastante especial porque nos habría gustado viajar a Portugal el primer verano que pasamos juntas. Sin embargo, después de todo lo que ocurrió cuando salí del armario con mis padres, consideramos más prudente posponer el viaje. Y el viaje estuvo pospuesto hasta ahora.
Por otra parte, era nuestro primer viaje juntas al extranjero. Aunque he de reconocer que no lo vivimos exactamente como tal, porque como muchos españoles, por más que sepamos y no nos disguste que así sea, sentimos que Portugal forma parte de España. Y no por anexionismo regio-católico o geopolítica estratégica; sino simplemente por cercanía. De muchos tipos.
Uno de esos tipos de cercanía es el idioma. Nosotras decidimos comprarnos un librito de portugués para aprender algunas frases y poder practicarlo. Al principio nos costó un poco: constantemente se nos escapaban el español o el inglés; por causas desconocidas, además, mi cerebro empezó a pensar en francés. Afortunadamente, una vez resuelto el babel mental, conseguimos soltar nuestras frasecitas y nos quedamos tan contentas. Creo que a los portugueses les gusta que nos esforcemos un poco en hablar su lengua, por más que se nos note a kilómetros que somos españoles y ellos terminen considerando más práctico hablar en la nuestra.
En general, Lisboa y alrededores (Sintra, Estoril, Cascais) nos han gustado bastante. La capital es bastante manejable, lo que se agradece cuando eres turista: montas dos veces en el metro y ya te sientes lisboeta de toda la vida. Además, a mí me gustan mucho las ciudades que tienen agua cerca: el mar, un río, un lago… Y Lisboa tiene una mezcla de todo ello. Mi novia, por su parte, se queda con el ambiente evocador y nostálgico de las calles y palacios que visitamos. Y aunque las dos coincidimos en que pasear por Lisboa a ritmo de fado es una invitación casi irrechazable al suicidio, si consigues mantenerte dentro de los límites de cordura necesarios (lo cual no siempre es fácil), puedes atesorar un buen puñado de imágenes hermosas para el recuerdo.
Sin embargo, no todo en este viaje han sido playas y palacios. Mi novia y yo hemos sufrido una crisis que, a mi juicio, venía anunciándose desde hacía un tiempo. Este año ha sido muy duro para ambas, y a cada una nos ha salido el estrés emocional por donde buenamente ha encontrado una posibilidad de fuga. Pero como lo que no mata una relación la hace más fuerte (o la engorda), seguimos esforzándonos día a día porque la nuestra se considere cada vez más atlética (literal o eufemísticamente hablando).
Para terminar, os confesaré que en Lisboa se me ocurrió la peregrina idea de adoptar un niño y/o una niña brasileños. ¿Por qué? No lo sé. Por un lado, porque me he enamorado locamente de la dulzura del portugués: me parece la lengua romance más hermosa que existe. Por otro, porque me quedé prendada de la belleza de muchos niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres de color (aún no sé cuál es la expresión más respetuosa para lo que quiero significar; se aceptan sugerencias), que en Portugal son ciudadanos de viejo cuño y, afortunadamente, los puedes encontrar en cualquier contexto (no como aquí). Y finalmente… quién sabe. Quizás sea una idea que ha nacido para quedarse, quizás no; en cualquier caso, me ha gustado pensar en ella. Me resulta moderadamente factible y me arranca una sonrisa de emoción cada vez que la vuelvo a retomar.
Os dejo algunas fotos y me dejo muchas más.
Encantada.
No sé qué tiene Lisboa...tal vez esas calles empinadas o las casas con las fachadas de colores. Probablemente se trata de sus puentes :-) ........
ResponderEliminarEl caso es que la visité cuando tenía 13 años y después en la expo del año 98 y aún hoy sigo enamorada de su belleza...
Ya veo que no soy la única...
Ays!!! nosotras estuvimos en Marzo por mi cumpleaños en Lisboa y me enamoré de esa ciudad, mágica, llena de nostalgia y al mismo tiempo llena de luz y colores.
ResponderEliminarGuardo un recuerdo precioso, nos reímos tanto...
Me alegro de que lo hayáis pasado tan bien, y con respecto a lo de la "crisis", solo puedo decirte que es parte de las relaciones, pero el amor, el cuidado y la ternura hacen que regresen los buenos momentos.
Un beso
mmm... viajé muchas veces a Portugal en mi otra vida y ciertamente el país tiene un encanto especial. Para mi era como entrar en el túnel del tiempo y volar a mi infancia.
ResponderEliminarCurioso lo que dices del idioma... cuando yo llegué la primera vez, sólo me salía pensar en italiano jajaja
besitos
Artículo super agradable!
ResponderEliminarPara aquellos de leer este artículo si usted desea visitar Lisboa y busca dónde alojarse, visite nuestro sitio web: http://www.roomswelov.com/lisbon
Buen viaje a Lisboa! Estamos esperando por usted!
Genial, también fui hace un par de años. Aunque he de reconocer que no lo vivimos exactamente como tal, porque como muchos españoles, por más que sepamos y no nos disguste que así sea, sentimos que Portugal forma parte de España. Y no por anexionismo regio-católico o geopolítica estratégica; sino simplemente por cercanía.
ResponderEliminarFuente: galapagos vacation tips