Me voy. Les dejo de herencia mi libertad, que es lo más preciado del ser humano. |
Gracias, Chavela, por tu ejemplo.
Gracias por cantar Ponme la mano aquí, Macorina en aquel Orgullo madrileño de 2006, mientras mi novia me abrazaba y las lágrimas corrían por mis mejillas. Justo como ahora.
Te hemos escuchado, querido y admirado.
Hasta siempre, Chavela.
Y gracias.
Que siga la fiesta allá donde esté.
ResponderEliminarGracias!
La señora fue única en su arte: el de la música y el de comenzar a abrir caminos en un mundo en el que las lesbianas no existían.
ResponderEliminarUn orgullo para todas.