lunes, 6 de agosto de 2012

Gracias, Chavela

 Me voy. Les dejo de herencia mi libertad, que es lo más preciado del ser humano.


Gracias, Chavela, por tu ejemplo.

Gracias por cantar Ponme la mano aquí, Macorina en aquel Orgullo madrileño de 2006, mientras mi novia me abrazaba y las lágrimas corrían por mis mejillas. Justo como ahora.

Te hemos escuchado, querido y admirado.

Hasta siempre, Chavela.
Y gracias.

2 comentarios:

  1. Que siga la fiesta allá donde esté.

    Gracias!

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  2. La señora fue única en su arte: el de la música y el de comenzar a abrir caminos en un mundo en el que las lesbianas no existían.
    Un orgullo para todas.

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¡Encantada de leerte!