A lo largo de mi experiencia como bloguera (que se remonta a varios años antes de Encantada), he asistido a numerosas polémicas, discusiones e insultos públicos en los blogs en los que he participado, incluidos los míos. En general, no me gusta tomar parte en ellos porque no considero que (me) aporten nada; pero no puedo evitar hacerme algunas preguntas al respecto.
La principal de ellas es: ¿POR QUÉ?
¿Por qué se producen estas discusiones absurdas, sin sentido, pero sumamente enconadas, además de emocional e intelectualmente perturbadoras y destructivas?
Después de mucho pensarlo, he llegado a la conclusión de que todo gira en torno al troll. ¿Y qué es un troll? En la jerga informática, un troll es una persona que entra en un foro, blog o similar, para publicar comentarios que generen polémica, con el objetivo de herir, confundir y provocar enfrentamientos. Estas personas suelen ampararse en el anonimato; aunque, en ocasiones, también buscan notoriedad, por lo que pasan a ser conocidas por sus alias, perfectamente identificables.
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Cuando se detecta la presencia de un troll en una comunidad, se aconseja que no se le "alimente"; es decir, que el resto de los participantes procuren ignorar sus comentarios para no polemizar, ya que los trolls abandonan las comunidades donde no reciben la atención que buscan.
Y es que eso es lo que busca un troll: no enriquecer la entrada con otro respetuoso punto de vista, no aportar nuevos datos que desarrollen una reflexión, ni razonar, ni argumentar, ni tan siquiera compartir una experiencia. Lo que quiere es que se le haga caso, que se le alimente, y que las personas que participaban en esa comunidad dejen de prestar atención al tema que se estaba tratando o a la intención que tenía el autor del blog cuando escribía... para centrarse en él.
Lo cierto es que determinadas discusiones que he leído parecen haber sido deliberadamente provocadas por un troll. Y es que sus ataques no se pueden evitar; tan solo es posible controlarlos a través de la moderación de comentarios. Sin embargo, esta tarea tampoco es fácil. Personalmente, y dejando de lado a los trolls más evidentes, me resulta imposible diferenciar un comentario auténtico (aunque desafortunado) del comentario de un verdadero troll.
En lo más profundo de mi ser, no obstante, reconozco que querría tratar a ambos de la misma manera: ignorando o borrando sin miramientos aquello que considere fuera de lugar, pues creo que todos deberíamos esforzarnos por no comportarnos como un troll. Me parece que aprender a expresar críticas constructivas es algo positivo que se debe fomentar. Y, tal vez, una manera de hacerlo sería dejar de aguantar a quienes comentan sin ton ni son ni cuidado, soltando por su boca todo lo que les viene en gana en nombre de la libertad de expresión.
En lo más profundo de mi ser, no obstante, reconozco que querría tratar a ambos de la misma manera: ignorando o borrando sin miramientos aquello que considere fuera de lugar, pues creo que todos deberíamos esforzarnos por no comportarnos como un troll. Me parece que aprender a expresar críticas constructivas es algo positivo que se debe fomentar. Y, tal vez, una manera de hacerlo sería dejar de aguantar a quienes comentan sin ton ni son ni cuidado, soltando por su boca todo lo que les viene en gana en nombre de la libertad de expresión.
(Estoy pensando ahora mismo en que sería genial que hubiera algún tipo de etiqueta que permitiera calificar algunos comentarios como "dignos de un troll").
Lo cual me genera otra pregunta: ¿dejar de alimentar al troll implica coartar la libertad de expresión?
A mí me convence. ¿Y a ti? |
Conozco a muchas blogueras que no dudan en establecer los límites de la libertad de expresión adecuados para su blog, pues no publican comentarios anónimos ni tampoco permiten la publicación inmediata de los que vienen firmados, sino que estos han de ser aprobados por ellas antes de ser visibles. Evidentemente, tienen todo mi respeto, porque cada una sabe lo que se hace con su blog y conoce también los ataques que ha sufrido. Como si no se quieren recibir comentarios, que es una opción posible.
Personalmente, no modero los comentarios porque me resulta tedioso; lo cual, sin embargo, no me permite liberarme del dilema de los trolls. Especialmente cuando algunas personas, que firman sus comentarios o que incluso son conocidas en la blogosfera, se comportan como tales. Y no me estoy refiriendo a aquellas personas que encienden el ordenador preguntándose: "¿A quién pondré verde hoy?"; sino a las que, dentro de una sesión normal, se ven poseídas por el espíritu de un troll al encontrarse con determinadas entradas.
Supongo que estas formas de actuar, como en la vida real, tienen que ver con la personalidad. Hay quien se enciende fácilmente, hay quien abre la boca y deja salir sapos y culebras, hay quien se cree con el derecho y el deber de dirimir entre el bien y el mal, hay quien considera que las faltas de respeto no están reñidas con la razón... y hay quien no hace nada de esto.
No pretendo predicar en el desierto. Ciertos comportamientos no pueden ser modificados desde fuera, y mucho menos desde la red. Sin embargo, todavía hay algo que me preocupa. Y es el caso de aquellas personas aparentemente sensibles, buenas lectoras y buenas escritoras, que de buenas a primeras te la lían parda en cualquier blog. Lo que más me interesa de este comportamiento, porque es más sencillo de modificar que un rasgo de carácter, es que muchas de las discusiones que presencio parecen estar relacionadas con una mala interpretación (o, simplemente, una mala lectura) de cierto contenido de un blog.
Ante determinadas discusiones, me queda claro que ciertas personas no comprenden de qué se trataba exactamente una entrada, ni el tono del autor, ni su intención. A pesar de todo esto, y como no podía ser de otra manera, comentan. Y a mí me dan ganas de escribirles: "¡Por favor, vuelve a leer lo que se ha escrito, porque tu comentario no tiene nada que ver...!". Pero no lo hago porque supongo que, si han comentado, es porque creen haber entendido bien.
Sé que en la vida real son comunes los malentendidos, y que estos también se pueden producir en la red. Sé que los malentendidos se multiplican cuando la comunicación es escrita y/o diferida, cuando la presencia de la persona que ha elaborado el mensaje no te ayuda en la comprensión. Sé que no todo el mundo tiene la misma competencia lectora, aunque esta es una explicación simplista que me niego a considerar. Lo que yo me pregunto es: ¿hay algo en la naturaleza de los blogs que propicie especialmente los malentendidos y el comportamiento tipo troll? A mí me parece que sí. O, por lo menos, se me ocurre una explicación.
Creo que la clave está en la conjunción de dos elementos: por un lado, la existencia de entradas largas y/o complejas, que requieren de una lectura atenta y pausada; por otro lado, las ansias irrefrenables de comentar.
A veces ocurre que, frente a ciertos temas, los lectores nos encendemos y vamos dejando de leer lo que pone para leer lo que hemos leído otras veces, lo que hemos escuchado, lo que nos repiten desde niños, lo que nos saca de quicio. Y así, después de dos, tres, cuatro minutos, las letras concretas desaparecen para convertirse en las palabras mudas de un diálogo de besugos, donde pasamos a defender nuestra posición sin saber muy bien contra quién, ni por qué, ni hasta qué punto es necesario. En ocasiones, el dueño del blog responde en los mismos términos, ignorando incluso su propia entrada, otros comentaristas se animan... y ya tenemos líada la "Guerra de los Trolls".
Poseídos todos por un troll del ciberespacio, culpables todos de su existencia y de su patética actuación.
Acaso este comportamiento de lector-escritor-descuidado, de comentarista-cumpulsivo, ¿no podría considerarse también como propio de un troll? Al fin y al cabo, si lees por encima para decir: "¡Cuánto me alegro!"; parece que, en general, no puede producirse un malentendido demasiado grave. Pero si lees por encima para cagarte en todo, entonces quizá es que tu intención primigenia, casi casi desde que leíste el título de la entrada, era comportarte como un troll.
'¡Esta entrada es una mierda!. ¡Das asco! ¡Eres idiota! ¡Muérete! POR FAVOR, ALIMÉNTAME'. |
¿Qué se puede hacer, por tanto, para rebajar el enconamiento en la red, para mantener un clima adecuado al intercambio, la reflexión y el enriquecimiento en nuestros blogs? Yo insisto en el lema tradicional: que no alimentemos a los trolls. Pero no solamente al troll que tenemos enfrente, sea auténtico, dudoso o conocido; sino también al troll que llevamos dentro, a ese que nos posee y devora la sesera hasta hacer que nos comportemos como seres irracionales, incapaces de empatía, analfabetos funcionales que escupen bilis por la boca y generan caos y malos rollos alrededor.
Es posible que, aprendiendo a controlar a nuestro troll cibernético, aprendamos también a controlar a nuestro troll real.
Otra red, otro mundo es posible. ¡Empecemos por no alimentar a los trolls!
Encantada.
Ves? una de las ventajas de tener un blog muy poco visitado (como es el mío) es que te libras de la mayoría de los trolls :)
ResponderEliminar¿Quién va a querer liarla parda en un sitio donde no va a tener repercusión? los trolls pardillos.
Oh si, de esos he tenido un par. Tan pardillos que con no responderles y publicar otra entrada rápidamente se han olvidado de mí :D
Si me ha tocado ver discusiones de blogueras que actúan como trolls pero en ese caso también he visto que se desarrolla un proceso tipo selección natural y se van quedando con cada vez menos lectoras. Eso me parece un poco cruel, porque me queda la sensación de que más que ganas de molestar, las situaciones fueron provocadas por una pobre capacidad comunicativa de quien estaba molestando a las demás... pero como en esta vida una no puede solucionar todo lo que ve (ni la mitad de las cosas, vamos), lo he dejado estar sin más...
besitos
jajajjaaaaaaaa creo que se de quién habla Pena, es alguien que en el blog de una madre adoptiva dice que está en contra de la adopción o que en el blog de una entregada profesora y defensora de la escuela publica defiende la educación privada, en fin... que como dice Pena es más bien producto de una torpeza personal a la hora de relacionarse, me imagino que tb le pasará en la vida "ahí fuera"...
ResponderEliminarluego está una modalidad diferente, que es la "stalker" (yo tengo una, miniex), solo me comenta a mi, solo me lee a mi y solo se hace ver por mi blog ¿alguna sugerencia? si la dejo siento que estoy haciendo mal, porque simplemente no quiero sus tonterias en mi blog, pero si la borro mal tambien, porque me estoy tomando la molestia de "reconocerla" y "borrarla" lo que ya es más comunicación de la que yo quiero con ella... ainssss, pero de todas formas yo creo que los bolloblogs en general, (y como parte de la invisibilidad lesbiana) son poco visibles, y por tanto menos objetivo de trolls que blogs muy populares ¿no?
Buffff... tema peliagudo este y de dicifil solución. La verdad es que hay toneladas de gente por ahí con demasiado tiempo libre, una mala leche notable y una falta de educación tremenda. Bueno, y además de todo eso son personas muy muy mediocres, porque si están desesperados por hacerse notar y la única manera que tienen es soltar memeces para caldear el ambiente, eso quiere decir que muchas buenas prendas propias no tienen.
ResponderEliminarComo no soy muy dada a la cosa de Internet, no me he topado con casos así (o a lo mejor me han pasado desapercibidos porque ya habían sido moderados, quien sabe)pero si que he vivido en persona el ataque de algo que no se si se pueden considerar trolls. Una amiga mía llegó a ser muy conocida en un famoso blog lésbico por sus comentarios jocosos (ella no lo buscó ni mucho menos, que es lo más tímido que ha parido madre, pero es que la jodía tiene una gracia tremenda), hasta que un grupo de gente decidió ir a por ella a degüello. Comentarios despectivos, votos negativos a todo lo que ella comentaba, incluso llegaron a mentir descaradamente para desprestigiarla, insultándola en twitter y dejando su reputación a la altura del betún. Tanto empeño pusieron que esta chica decidió alejarse de todo y no volvió a comentar jamás, cerró sus cuentas y desapareció de la bollo-esfera (¿se dice así? :S ) No se si eso es ser un troll, pero se le parece mucho, a mi modo de ver.
Pero bueno, que le vamos a hacer; de mediocres está el mundo lleno, y creo que lo mejor es simplemente ignorar sus pataletas. yo abogo por dejar sus comentarios, ignorandolos,pero supongo que es muy difícil, que a veces son muy ofensivos y la peña se calienta rápido. Supongo que esta es una de esas preguntas que nunca tendrá respuesta, porque hagas lo que hagas, estará mal, asi que.
Interesante reflexión. Yo me he visto envuelao en discusiones trolleras, menos veces en blogs, más en foros (que son más impersonales, no son "propiedad" de nadie) y reconozco que aunque a veces haces mil esfuerzos por no alimentar al troll, a veces se sale con la suya y por poco hace que tú termines convirtiéndote en un troll... hasta que caes en la cuenta que no vale la pena gastar en energía en alguien que quizá no tenga nada mejor que hacer.
ResponderEliminarLos trolls intencionados deben ser gente con baja autoestima. Y mucho tiempo libre. Es su momento de que todos le hagan caso, ha conseguido provocar reacciones en los demás, aunque sean negativas.
También en el mundo blog se dan muchiiisimos malentendidos, por lo menos a mi me ha pasado. De hecho personas de mi vida real han dejado de hablarme por malinterpretar algún post mío o no saber empatizar con lo que yo escribía. Ya sea porque no me he expresado bien o porqu ehan leído rápido.
Hay que ser un as de la escritura (y no creo que la mayoría lo seamos) como para que se capte exactamente el tono que deseas mostrar. Si a veces con tono de voz y gestos no se consigue transmitir el mensaje... por sólo palabras más difícil, aunque a veces lo intentemos con un "jaja" o un "xD"
Yo por mi lado tampoco modero, porque no tengo tiempo (ni he tenido problemas importantes de trolls) y para el comentarista también es un rollo esperar moderación (no te da opción a editar tu mensaje o borrarlo, si te has equivocado) o tener una "discusión" fluida si el tema es interesante. como las palabrejas esas extrañas que estoy ya viendo a bajo para demostrar quue no soy un robot jaja (lo odio).
Y la libertad de expresión tiene un límite, pero tanto para comentarista como para la que escribe, porque a mi la frase de "mi blog es mío y me lo follo cuando quiero" tampoco me convence. El borrar comentarios o moderarlos depende de cada una donde ponga ese rasero de libertad de expresión.
Ma acaba de aparecer como seguidor un señor...al que no conozco den ada y que en su blog hay post relacionados con la religión...vamos, creyente y practicante...Y digo yo...que se le ha perdido a este señor en mi blog...porque nunca me ha comentado pero si se le ocurre hacerlo me imagino que será para expresar su disgusto por mis temas...yo que sé qué mueve a esta gente...aburrimiento????
ResponderEliminarPor otro lado estoy a favor de la libertad de expresión en un medio tan abierto como la Red, pero siempre con un respeto...
Besos
Uys!!! Yo una vez, en un foro de no sé qué, me encontré con uno, yo no sabía ni lo que era un troll, jajaja, y de pronto me ví envuelta en una discusión absurda, que me enfadaba. Y de repente me dijo él mismo que era un troll, y yo desistí de aquella memez. No soporto malgastar tiempo en cosas de ese tipo. Ese día aprendí lo que era un troll, y yo me me imaginé a un tipo peludo, feo, amargado y aburrido jajajaja.
ResponderEliminarMe cuesta comprender que existan personas que se dediquen a eso, odio las discusiones, pero es que además, me parece patético generar peleas con desconocidos/as.
PD: Me encanta S y V!!!
Un abrazo bien fuerte!!!
Hola, Encantada, llevo poco tiempo por estos lares, con blog propio quiero decir. Sí que he visto la acción de trolls en otros blogs que trataban temas de economía o política. Me llama la atención el tema, tanto odio, tanta mala baba, escondiéndose detrás de máscaras. El otro día Beatriz Gimeno también comentaba su experiencia con los trolls en su blog (http://beatrizgimeno.es/2012/08/21/fascismo-misoginia-y-subvenciones/). Como dicen por aqui en Mi Pueblo: "el mejor desprecio es no hacer aprecio". Un saludo.
ResponderEliminarhm. no me caen muy bien los trolls, por decirlo diplomáticamente.
ResponderEliminarno recuerdo haber caído en una de esas discusiones en particular, pero es muy posible.
en la red, tiendo a ignorar a personas así, pero la verdad es que en live&direct me he mandado varios numeritos en ciertas ocasiones en que me ha parecido que no puede quedar la idea que un descriteriado está imponiendo como algo aceptable, y no he podido evitar intervenir. eso sí, al menos por lo que me han dicho, me he logrado mantener una lady jajaja.
un abrazo!
He sido forera y moderadora de foro durante unos cuantos años y he tenido que tratar con ellos, tanto con los que sólo van a trollear en modo compulsivo como los que van a buscar mal rollo. Y lo peor de todo no es el troll en sí. Es el usuario aparentemente normal que bien por no compartir tu opinión o simplemente por no caerle bien, se convierte en un troll de mucho cuidado y te sigue allá donde vayas, aunque tú ya hayas desaparecido de ese foro y te dediques a tu blog sin más. Y sí, hablo el primera persona, por experiencia propia.
ResponderEliminarMi blog ha tenido varias etapas en cuanto a comentarios y moderación. Cuando apenas me "conocía" nadie y no moderaba, cuando me empezaron a tocar las narices pero esperaba que pasase todo, cuando esas tocadas de narices me afectaban y tuve que moderar y cuando decidí que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio y, en aras de una comunicación más fluida, dejé de moderar y dejé que apareciera todo tal cual. Pero como todo pasa antes por mi mail, si algún comentario es ofensivo y no aporta nada a la entrada o al diálogo que se esté dando, lo borro y se acabó.