Las fotos han sido obtenidas por casualidad mientras intervenían quirúrgicamente a una mujer de 45 años. Creo que transmiten la fuerza de la Naturaleza, de la Vida: son terribles y hermosas a la vez.Las mujeres somos estupendas.
Las fotos han sido obtenidas por casualidad mientras intervenían quirúrgicamente a una mujer de 45 años. Creo que transmiten la fuerza de la Naturaleza, de la Vida: son terribles y hermosas a la vez.
Durante varios meses he estado siguiendo una noticia que me provocaba profundos sentimientos de horror e indignación: se trata del caso de José María Cenamora, un guardia civil que sometió tanto a su hija como a su hijastra a abusos sexuales.
Cabecera de la mani: Zerolo, la Ministra de Igualdad, Cándido Méndez (con cara de "voy a ser el hazmerreír de la próxima asamblea"), andaba por allí pero no se le ve a Gaspar Llamazares, también el presidente de la FELGT, etc.
Si tuviera que adjetivar el Orgullo de este año, lo consideraría un Orgullo “tranquilo”. Mi novia y yo fuimos a la manifestación con otra pareja de mujeres lesbianas amigas nuestras, y elegimos la segunda pancarta de la cabecera para hacer la marcha, la de las “3000 lesbianas visibles” (que no sé yo si fuimos 3000, pero sí muchas lesbianas y sí muy visibles). Me gustó esa manera de reivindicarnos, porque este año no me quedé con el regusto amargo de todos los Orgullos, cuando siento que, aunque las lesbianas estemos allí, seguimos demasiado diluidas entre el gentío. El sábado íbamos todas juntas, y nos hacíamos notar. Había algo especial en el ambiente, supongo que nuestra mera presencia, pero era algo de lo que emanaba mucha fuerza, y sobre todo, mucho ORGULLO.

¿Que las mujeres no podemos tocar qué?
A cambio, en la zona en donde nosotras marchamos apenas sufrimos la presencia de drag queens o similares. Repetiré lo de todos los años: me parece bien que ellos también salgan a la calle y que el Orgullo tenga su punto de fiesta. Lo que no me parece bien es que ellos acaparen más atención que el resto, cuando los que marchamos sin disfrazarnos somos más; no me parece bien que la gente vaya a verles a ellos cuando ¡joder! van disfrazados, mientras que el resto damos la cara, la cara de cualquiera que tiene cualquier persona homosexual; y sobre todo, no me parece bien que en su nombre se haya rebautizado una manifestación con el nombre de “desfile”, nombre que nos desprestigia, que se mofa de nuestras reivindicaciones, que nos cosifica y que permite la preeminencia de la homofobia que al menos algunos deseamos combatir. Además, era el año de las lesbianas, y lesbianas y drag queens es de lo más antitético que hay.
Alguna bandera sí que hubo, sí.
Otro punto muy interesante para mí fue la asistencia de un grupo de madres lesbianas que se manifestaron de forma conjunta. Creo que no podían faltar dentro de una manifestación que reivindicaba la visibilidad lésbica, y desde luego que su presencia no defraudó.
Reivindicando, que es gerundio.
"Soy lesbiana, soy visible" de COGAM, llegando a Plaza de España.
En fin, un Orgullo más, con más orgullo, más alegría, más tranquilidad. Qué lejos queda el Europride... ¡y que no vuelva! Este año, al menos, se podía caminar tranquilamente, sin empujones, sin más público que manifestantes, sin sentir Madrid tan ajena, porque aunque sea capital y blablabla, para algunos es simplemente nuestra pequeña gran ciudad, el lugar donde queremos revindicar nuestro derecho a ser para después poder ejercerlo.

Una foto al público... ¡jojojo! No pude resistirme.
Encantada de seguir luchando por nuestra visibilidad.
Creo que Sor Juana es una mujer que puede servirnos de ejemplo a muchas, no sólo por su increíble personalidad e inteligencia, sino por las intrigas que la rodearon muy a su pesar. En ellas vemos cómo el famoso “techo de cristal” al que nos tenemos que enfrentar las mujeres a lo largo de nuestra carrera profesional no es ni de cristal ni tan siquiera un techo: consiste en unas manos bien curtidas que nos empujan cuesta abajo, impidiéndonos llegar allí donde nos merecemos.
Ayer me animé a asistir a la “Macedonia Caprichosa de Mujeres Creadoras”, uno de los pocos actos culturales previstos en el programa del Orgullo. Decidí que iba a disfrutar sí o sí del Orgullo a mí manera, y no me arrepentí para nada: pasé dos horas la mar de entretenidas y vigorizantes rodeada de arte femenino.