Durante los días que pasé en mi pueblo, estuve reflexionando sobre cómo manejar la (in)visibilidad con mi familia. Y aunque no he llegado a ninguna conclusión definitiva, sí que conseguí dar forma a algunos pensamientos.
En primer lugar, una obviedad: la familia extensa puede ser muy extensa. Y, consecuentemente, heterogénea. Así que, para lidiar con ella es importante fragmentarla en pequeños grupos. No es lo mismo plantearse una salida del armario con personas mayores, que con gente de menor edad o de edad similar a la mía. No es lo mismo la familia que vive en un pueblo del que apenas sale, que la que se ha criado en la ciudad o incluso quienes han pasado parte de su vida en otros países. Y, por supuesto, siempre hay que dar cabida a las individualidades: porque puede haber sorpresas, para bien y para mal.
Por otro lado, creo que es importante analizar el tipo de relación que se tiene con esta familia. Si mantenemos una relación directa, no importa lo alejados que se encuentren nuestros lazos en el árbol genealógico: es más fácil hablar con franqueza o simplemente provocar la sospecha. Sin embargo, muchas de las relaciones que se mantienen con la familia extensa son relaciones mediadas: siempre nos vemos, hablamos y compartimos momentos con otras personas delante, o al menos a través de ellas. En mi caso particular, la mayor parte de las relaciones con mi familia extensa están mediadas por mis padres. ¿Puedo entonces actuar abiertamente a pesar de ello?
Esa es la tercera cuestión que me he planteado. ¿Quién debe salir del armario? Hace ya muchos años que yo les dije a mis padres que salía con mi novia. En todo este tiempo, y hasta donde yo sé, han procurado ocultárselo al resto de la familia. ¿Debo yo pasar por alto esta decisión y salir del armario con aquellas personas que creen que vivo con una amiga? ¿Es trabajo de mis padres retractarse de su mentira y atreverse a decir la verdad? Supongo que no hay una única respuesta a estas preguntas, y que la respuesta dependerá de la situación de cada cual. En mi caso concreto, mis padres tomaron la decisión de mentir por mí, procuraron imponérmela de manera explícita y yo no me resistí.
Así que ahora, si ellos no cambian de opinión y yo deseo salir del armario con el resto de mi familia, debería reclamar mi poder. En este caso, ¿estoy dispuesta a asumir el conflicto que, irremediablemente, se va a crear? Y por otro lado, ¿es esta la única solución? ¿Existe la posibilidad de ayudar a mis padres a aceptar la situación y que sean ellos mismos los que decidan salir del armario? Al fin y al cabo, muchos padres de hijos homosexuales los cuidan, protegen y apoyan frente al resto de la familia. ¿Podrían mis padres llegar a convertirse en algo parecido? ¿Llegarían a apoyar, al menos, alguna de mis salidas del armario?
Y finalmente, ¿es la salida del armario la única estrategia para manejar la (in)visibilidad? Muchas parejas de mujeres nunca han hecho explícita su relación, y no por ello han dejado de participar en la vida familiar. ¿Se desvirtúan siempre las relaciones al hacerlo así? Yo creo que no. Aunque es difícil discernir cuándo, a veces es la única solución. Con el tiempo van comprendiendo lo que ocurre, sin nombrarlo. ¿Es esa la vida que deseo para mí? No es la ideal, desde luego, pero durante un tiempo podría funcionar con algunas personas de mi familia, y me ayudaría a visibilizar la relación que mantengo con mi novia, que para la mayoría simplemente no existe.
Lo que sí tengo claro es que manejar la (in)visibilidad familiar es un asunto complejo y que las recetas válidas para todos y políticamente correctas en la vida real resultan estúpidas. Igual que no hay una única forma de vivir el lesbianismo, tampoco la hay de gestionarlo ni de hacerlo visible.
Encantada de seguir avanzando.
En primer lugar, una obviedad: la familia extensa puede ser muy extensa. Y, consecuentemente, heterogénea. Así que, para lidiar con ella es importante fragmentarla en pequeños grupos. No es lo mismo plantearse una salida del armario con personas mayores, que con gente de menor edad o de edad similar a la mía. No es lo mismo la familia que vive en un pueblo del que apenas sale, que la que se ha criado en la ciudad o incluso quienes han pasado parte de su vida en otros países. Y, por supuesto, siempre hay que dar cabida a las individualidades: porque puede haber sorpresas, para bien y para mal.
Por otro lado, creo que es importante analizar el tipo de relación que se tiene con esta familia. Si mantenemos una relación directa, no importa lo alejados que se encuentren nuestros lazos en el árbol genealógico: es más fácil hablar con franqueza o simplemente provocar la sospecha. Sin embargo, muchas de las relaciones que se mantienen con la familia extensa son relaciones mediadas: siempre nos vemos, hablamos y compartimos momentos con otras personas delante, o al menos a través de ellas. En mi caso particular, la mayor parte de las relaciones con mi familia extensa están mediadas por mis padres. ¿Puedo entonces actuar abiertamente a pesar de ello?
Esa es la tercera cuestión que me he planteado. ¿Quién debe salir del armario? Hace ya muchos años que yo les dije a mis padres que salía con mi novia. En todo este tiempo, y hasta donde yo sé, han procurado ocultárselo al resto de la familia. ¿Debo yo pasar por alto esta decisión y salir del armario con aquellas personas que creen que vivo con una amiga? ¿Es trabajo de mis padres retractarse de su mentira y atreverse a decir la verdad? Supongo que no hay una única respuesta a estas preguntas, y que la respuesta dependerá de la situación de cada cual. En mi caso concreto, mis padres tomaron la decisión de mentir por mí, procuraron imponérmela de manera explícita y yo no me resistí.
Así que ahora, si ellos no cambian de opinión y yo deseo salir del armario con el resto de mi familia, debería reclamar mi poder. En este caso, ¿estoy dispuesta a asumir el conflicto que, irremediablemente, se va a crear? Y por otro lado, ¿es esta la única solución? ¿Existe la posibilidad de ayudar a mis padres a aceptar la situación y que sean ellos mismos los que decidan salir del armario? Al fin y al cabo, muchos padres de hijos homosexuales los cuidan, protegen y apoyan frente al resto de la familia. ¿Podrían mis padres llegar a convertirse en algo parecido? ¿Llegarían a apoyar, al menos, alguna de mis salidas del armario?
Y finalmente, ¿es la salida del armario la única estrategia para manejar la (in)visibilidad? Muchas parejas de mujeres nunca han hecho explícita su relación, y no por ello han dejado de participar en la vida familiar. ¿Se desvirtúan siempre las relaciones al hacerlo así? Yo creo que no. Aunque es difícil discernir cuándo, a veces es la única solución. Con el tiempo van comprendiendo lo que ocurre, sin nombrarlo. ¿Es esa la vida que deseo para mí? No es la ideal, desde luego, pero durante un tiempo podría funcionar con algunas personas de mi familia, y me ayudaría a visibilizar la relación que mantengo con mi novia, que para la mayoría simplemente no existe.
Lo que sí tengo claro es que manejar la (in)visibilidad familiar es un asunto complejo y que las recetas válidas para todos y políticamente correctas en la vida real resultan estúpidas. Igual que no hay una única forma de vivir el lesbianismo, tampoco la hay de gestionarlo ni de hacerlo visible.
Encantada de seguir avanzando.
"Igual que no hay una única forma de vivir el lesbianismo, tampoco la hay de gestionarlo ni de hacerlo visible."
ResponderEliminarEso! justamente! muy bien dicho!
Cómo quisiera que lo entendieran todas las activistas. Desgraciadamente me ha tocado leer post de otras personas que juzgan de cobardes y hasta tontas a las que no se atreven a salir del armario en plan triunfal y general y me enoja porque nadie, mas que cada una, sabe lo que siente y cómo es su situación familiar y/o laboral. En ocasiones siento como si además de enfrentar el miedo al juicio familiar, hubiera que enfrentar el juicio del colectivo al que una pertenece como si no hubiera sitio donde refugiarse y que conste ue no lo digo por mi, que soy visible en todos los ámbitos de mi vida...
besos
Hola!
ResponderEliminarno sé muy bien cómo he caído aquí. Supongo que el título del post me ha llamado mucho la atención. Creo que has hecho un análisis exacto del tema y, efectivamente, no es una ecuación en la que despejas la x y encuentras la solución.
Entiendo que cada un@ tiene sus circunstancias y que hay que respetar todas las opciones. Pero considero que la visibilidad es el mejor camino y lo que realmente nos hace avanzar y ser más respetados. Reclamando nuestro lugar en el mundo, cada uno a su manera, eso si.
Yo creo que una vez te haces adulta con todas sus consecuencias (tener un trabajo, independencia, tu propia casa...), esa es una decisión que te corresponde a tí. Y aunque sé que puede afectar a tus padres y su relación con el resto de la familia, en el fondo debe seguir siendo decisión tuya. Creo que "el que dirán" está sobrevalorado, y a veces incluso el miedo nos hace pensar que las reacciones van a ser mucho peores de lo que en realidad serán.
ResponderEliminarEn la vida hay cosas peores, más preocupantes, menos reversibles que eso. Lo importante debería ser la estabilidad económica, el cariño y la salud. Por lo demás, creo que son preocupaciones que están de más. Así que apoyo la visibilidad al 100%, como una decisión de la afectada principal :) y no del resto.
Un beso!
Es un tema muy espinoso, me imagino que depende de cada persona, yo por ejemplo estoy todavía intentando asumir mi realidad, pero además vengo de una relación hetero, tengo dos hijos, por lo que además de mis padres, están ellos, yo por lo menos, creo que hay que medir en nuestros actos los daños colaterales y estar dispuestos asumir las consecuencias de nuestros actos, ¿nos sentimos preparados para que dañen a nuestros seres queridos? Lo dicho un tema espinoso.
ResponderEliminarMi opinión: tus padres no han decidido por ti. Han decidido por ellos mismos. Seguramente si sacas el tema se irán al típico recurso de que "si no dicen nada es por protegerte de las posibles malas reacciones de los demás" ("uy, tu abuela, con lo mayor que es, la matas del disgusto!", encima te culpabilizan de dichas reacciones). En realidad se protegen a ellos mismos para no tener que dar explicaciones y no sentirse mal porque "les saliste rana". Son ellos, tus padres, los que te quitan tu normalidad, escodiéndote como si fueras una malformación congénita.
ResponderEliminarSi tú no sientes vergüenza por ser quien eres, adelante, sé tú misma con todo el mundo. El alivio que sentirás brillará en tu rostro e iluminará ese rincón oscuro donde tus padres te esconden. No hay discusión posible: seguramente ellos te educaron para ser sincera, no para mentir y ese es tu mejor argumento. Si te dicen "pues no había necesidad de sacar el tema"... pues claro que la hay! ¿acaso no es normal que todos hablemos de nuestra pareja alguna vez? Pues la tuya es esa persona para ti perfecta que ahora todos reducen a "la amiga". (odio esa expresión)
También como mi caso está la parte de quien vive con el hecho de que su novia esté en el armario y tenga que ir fingiendo ser como dice Yuuur "la super amiga que madre mia como se preocupa y va a verla cada 15 días viviendo a 600 km de distancia, o viceversa".
ResponderEliminarSí, sí, menuda amistad tan intensa, no?
A veces, sinceramente no nos damos cuenta de que hacemos el ridículo estrepitósamente.
Ah, y frente al mito ese de proteger a las personas mayores... Da la casualidad que mi experiencia demuestra que son son los que mejor reaccionan...
¿Os preguntáis como puede llegar a sentirse una persona a la que tu entorno no la trata como lo que es... empezando por la misma pareja?
El grado de frustración no tiene nombre y la relación se ve tocada mucho.
Recomiendo el libro "Más que amigas". Es una genialidad para el entendimiento de todas las partes y sus diferentes casos.
Besos y ánimos.
Leidos los comentarios de todas, me siento identificada con la mayoría, pero principalmente con el enfoque que le ha dado Pena mexicana.
ResponderEliminarTal vez por la cercanía de lo que hablamos en uno de mis últimos posts sobre la necesidad de aprobación y de aplauso, por el miedo al abucheo y a la ignorancia de nosotras, hacemos y dejamos muchas cosas por hacer.
En la mayor parte de las facetas de mi vida soy visible (hasta demasiado diría yo, porque eso de "no tengo ningún secreto que ocultar" es una falacia que nos montamos a veces cuando dejamos nuestra vida transparente y nítida ante los demás). Habría que preguntarse ¿Cuántas cosas de nuestro yo ocultamos a las demás personas? Que somos superdotadas, que no sabemos nadar, que sabemos hacer encaje de bolillo, que nuestra novia es drogadicta o que tiene siete masters, que somos hipocondríacas o que nos encantan las revistas del corazón... Cada cual oculta alguna faceta de su vida o la adorna para presentarla ante los demás. Heroínas somos todas, unas más y otras menos, unas en unas facetas y otras en otras. Muchas veces no es tan difícil ser heroína, otras veces puedes acabar en la hoguera. Cada persona es un mundo y sus decisiones no se pueden juzgar sin haberse metido primero en su piel (carácter, miedos, circunstancias, sociedad que la rodea...)
Puf, qué tema tan difícil, pormi experiencia he de decir que estoy fuera del armario con todo elmundo excepto con mi madre 8ya fallecida) y con mi padre (por pereza mía a esta edad). Hubo un tiempo que lo llevé muy mal por mi pareja, porque no se merecía la falta de reconocimiento, incluso hubo unos años en que mi pesadilla era que me pillaban.
ResponderEliminarNo soy la mejor para hablar de valentía, pero es que cada caso es un mundo, o eso quiero creer para resguardarme de la culpa.
El día peor de mi vida fue el que intenté decírselo a mi madre y ella a gritos me dijo: "Dime que eres drogadicta, antes de seguir contando lo que vas a contar", y yo, con todo el dolor por mí y por mi pareja, dije que era drogadicta. Aún hoy, tantos años después me duele el tema, pero quiero a mi madre por encima de todo. Qué difícil. gracias por el post. Coño, qué pocas veces he contado este apartado de mi vida, me has provocado el sacarlo.
Creo que hay muchisimos armarios de cristal, de ese cristal en que todos ven quien eres, y desde el que tú no ves que te ven.
ResponderEliminarEn la tesitura de "mantener el amor de los demas o ser uno mismo", desgraciadamente creo que preferimos el amor de los otros pero es un precio insoportable.
Dice Alejandra Aravena en uno de los videos de Rompiendo el silencio, que cuando nosotras salimos del armario nuestros familiares entran, y en muchisimos casos es asi.
Encantada de leerte y compartir unas lineas contigo.
La verdad es que cada persona es libre de vivir su homosexualidad como quiera, lo que ocurre es que (desde mi punto de vista) las personas que no llegan a decir a sus familiares que son lesbianas NO son tan libres como creen serlo.
ResponderEliminarQuiero decir, reconozco que es más cómodo no llegar a sentarse nunca frente a un familiar de edad avanzada y decirle que NO eres soltera desde hace años, sino que compartes tu vida con una mujer maravillosa. Pero entonces, nos sometemos a la tortura interna de Negar a alguien a quién amamos.
Opino que tus padres en este caso, son los responsables de ese miedo en tí tan inculcado, y claro que si son ellos los que se comunican asiduamente con tus familiares deberían contar sin mayores inquietudes que vives con tu pareja.
PERO si no lo hacen y si además decides ver a dichos familiares, o irte al pueblo con ellos, entonces es solo tarea tuya otorgarle esa naturalidad y decirlo sin tanto temor.
Yo entiendo el miedo cuando alguien se enfrenta a una terrorífica familia de estas que echan a sus hijos de casa por cualquier motivo, ahí entiendo el miedo, pero en las familias comunes solo hay individuos que acaban asimilando tu vida en mayor o menor tiempo.
Yo te animo a que seas tu misma la que te deshagas de tanto miedo sin fundamento ( a no ser que tu familia lejana sea seguidora de Franco), no creo que a tus familiares lejanos les perjudique ni importe en el fondo con quién te acuestes, y si tus padres ya lo saben, TIENES absoluta libertad para decirlo a quién quieras, no necesitas el consentimiento de tu madre para hablar de tu propia vida, Encantada, es tu vida.
Yo creo que lo que más cuesta en estas ocasiones es decirlo si tu misma tienes guardados prejuicios, si en el fondo de tu alma crees que lo que vas a decir es ofensivo.
He conocido personas que deciden no decirlo nunca, pero obviamente cortan el contacto con sus familias (Se llaman puntualmente y poco más). Pero si no cortas ese contacto y lo escondes, entonces debes plantearte que los miedos a algo que ni siquiera tiene por qué ocurrir (el rechazo) te paraliza más de lo que habías imaginado.
TE ANIMO A QUE SEAS SIEMPRE TU MISMA, TE ASEGURO QUE SOMOS MUCHAS LAS QUE TE APOYAMOS Y QUE AL FINAL ESAS SITUACIONES NO SON TAN TERRIBLES.
UN ABRAZO ENORME
Iba a escribir pero Caminos del Espejo lo ha dicho todo. Mantenerse en el armario (o dejar que otros te mantengan o te metan dentro) no es una muestra de libertad. Es, ante todo, una señal de que es preferible vivir la vida asustada y con miedo a vivirla con honestidad. Por eso no puedo suscribir ninguno de los posts ni comentarios anteriores. Es más: en una relación los armarios detrozan. Mucho. Y se acaba notando. A mí me han negado varias veces (como pareja). En todos esos casos, la negación ha supuesto el principio del fin. No puedo amar a quien se avergüenza de mí.
ResponderEliminarPor otro lado: vivir con honestidad no tiene nada que ver con el heroísmo. Una no es una "heroína" por vivir sin tener que rendirle cuentas a nadie ni por preocuparse por el qué dirán. Lo peor no es que alguien decida armarizarse voluntariamente por acción u omisión: lo peor es que haga lo propio con su pareja. invisibilizarse una... bueno, pues a fin de cuentas la que sufre es una misma. Pero OBLIGAR a otra persona a ser invisible, despreciar a tu pareja y hacerla pasar por tu "amiga", pretender que tu pareja cargue con tus miedos y tus traumas y se trague toda esa mierda y demostraciones homófobas de los demás... Eso no lo entiendo, la verdad. No lo entenderé jamás. No quiero sonar dura, pero me he acordado de tres o cuatro instantes de mi vida en los que el miedo de esa persona a la que amaba pudo con todo, en los que se me impuso un silencio obligado como condición para seguir amando, que se me llenan los ojos de lágrimas y no puedo contener la rabia. Sí, Pena: es C-O-B-A-R-D-I-A. En la España del siglo XXI, tiene nombre.
ResponderEliminarSólo discrepo con caminos del espejo en que los padres no tienen responsabilidad sobre nada. Ellos, aunque nos cueste aceptarlo lo hicieron lo mejor que supieron.
ResponderEliminarEl ejemplo está en que dos familias actuando del mismo modo frente a sus hijas, a una le puede afectar más y a otra menos. Con lo que en última instancia la responsabilidad siempre es nuestra, y en el momento en el que nos damos cuenta de que estamos condicionadas es nuestra misión deshacerlo, única y exclusivamente para con nosotras mismas.
En mi caso creo que mi madre hizo lo correcto. Se lo empezó a contar a todo el mundo, porque teniamos la boda de mi hermana próxima y según ella (y su miedo) no quería que yo fuera la protagonista; sin embargo, al mismo tiempo eso la benefició porque las respuestas que recibió fueron de absoluta normalidad.
Y el proceso que pudo haber sido más largo, al tener un evento familiar de esas características impulsó la normalización.
Sé que es un caso, igual que hay muchos peores y extremos... pero mantenernos en el "¿qué pasará si lo digo?", "no digo nada para no hacer daño" es tan absurdo como pensar que las ranas crien pelo, al tiempo de subestimar la capacidad de una persona para entender temas desconocidos para ella.
Tenemos que vivir nuestra vida, igual que han hecho ellos con la suya. Eso de que cuando unas salen del armario, sus padres entran, tampoco es responsabilidad de las hijas... Al igual que probablemente hayan ocultado a lo largo de su vida otras cosas, decidir si ocultan la orientación sexual de su hija o no es también su responsabilidad, aún con el riesgo de quedar por mentirosos, cuando el resto del entorno vea directamente a la hija visible.
Qué interesantes todos los comentarios!!
Gracias chicas!
Ave, que familiar me suena lo que relatas :(
ResponderEliminar¿Hasta donde aguanta el amor?
"....al tiempo de subestimar la capacidad de una persona para entender temas desconocidos para ella".
ResponderEliminarCuántas veces he comentado esto con Farala, con La letra escarlata... Presuponer que alguien nos va a rechazar, o que nos van a odiar, o que nos van a tratar mal ANTES de confiar en ellos me ha parecido siempre un error como la copa de un pino y, si me apuráis, una falta de respeto hacia esa persona: porque mi abuela, que tiene 84 años, es perfectamente capaz de comprender y apreciar la relación que mantengo. Y mi tío, que tenía muchos menos cuando se enteró, sigue a día de hoy en MODUS TROGLODITICUS sin hablarme años y años después. Habría sido una falta de respeto hacia ella decir "ay no, a mi abuela no le digo nada que es muy vieja y no se entera de nada". ¿Por qué? ¿Qué me da derecho a prejuzgarla y a considerarla homófoba de fábrica? Cada persona es un mundo, y si alguien reacciona mal o te insulta o lo que sea, es SU problema, y se demostrará a posteriori, pero todo el mundo merece el beneficio de la duda, todas las personas a las que queremos en nuestra vida merecen vernos como realmente somos. No se merecen ver un espejismo de nosotras y no se merecen que les "ocultemos" algo que a todas luces es evidente. La experiencia me ha enseñado que el número de personas que reaccionan mal es porcentualmente muy bajo, y también me ha enseñado que personas de las que no esperábamos nada pueden ser nuestras mejores aliadas.
Me resisto a pensar que la realidad que nos espera ahí fuera es tan inhóspita y tan dura que un sencillo ejercicio de sinceridad vital no pueda restañar las heridas. Y en cualquier caso, no es culpa nuestra. Que yo entiendo que nos guste el drama, pero... :-)
Os agradezco infinitamente vuestros comentarios, me han dado muchas fuerzas y me han hecho pensar...
ResponderEliminarLo que yo me planteo es si muerta de miedo como estoy pensando que mi familia reaccionará tan mal como lo hicieron mis padres existe alguna solución intermedia entre callar y romper relaciones o decírselo abiertamente a todo el mundo y que venga lo que tenga que venir.
Por fortuna, mi pareja lo sufre tanto como puedo sufrirlo yo, porque nuestro grado de visibilidad es similar.
Por si te sirve de algo... Creo que una solución intermedia es seguir con tu vida y dejar que lo vean como quieran. Llevo 23 años con mi pareja y en muestras familias unos lo asumen tranquilamente y otros nos siguen llamando amigas.
ResponderEliminarMi madre me echó de casa con 13 años,(volví a las 10 horas) luego vino la etapa del psicólogo y en cuanto pude me fuí de casa. Han ignorado a mi pareja como tal casi dos décadas, pero eso no nos ha frenado. No es mi problema como cada cual quiera verme. Yo he seguido mi vida tal y como he querido vivirla. Nada más.
Tranquila, vive tu amor y deja que el tiempo ponga a cada cual en su lugar y tú permanece en el tuyo.
Yo creo que en estos casos no valen las soluciones "intermedias", no porque no se pueda llegar a un punto intermedio, sino porque es un punto falso. Cuando creemos estar en un punto "intermedio" realmente estamos en un punto en el que todos sabemos lo que hay pero nadie dice nada. Resultado: yo incómoda porque no puedo ser como quiero ser, ellos incómodos porque no saben si pueden ser honestos conmigo. Deshonestidad por un tubo, artificialidad, falta de confianza. En una relación superficial, es pasable. En una relación de cariño con gente que supuestamente nos importa y a los que supuestamente les importamos... ¿a quién queremos engañar?
ResponderEliminarÁnimo, en serio. No busques equilibrios imposibles, el único equilibrio posible es el que te permita ser tú misma sin necesidad de tener la sensación de que te muevas hacia donde te muevas, corres siempre el peligro de caerte de la cuerda. No tiene nada que ver ni con el activismo ni con el heroísmo. Tiene que ver con nuestra capacidad de ir caminando pasito a pasito sin prejuzgar a nadie. Ni siquiera a nosotras mismas.
Un abrazo
Bueno... cada uno es cada cual y tiene sus cadaunadas. Ser lo más feliz posible es lo que importa.
ResponderEliminarje, esta entrada tuya causó sensación! =P
ResponderEliminarhm he leído varias veces la entrada y los comentarios... hay unos que suscribo y otros no tanto.
muy humildemente, me da la impresión de que suele ser fácil hablar desde la experiencia propia y que, sobre todo cuando coincide con la de otras personas, cuesta poco generalizarla. en cambio, intentar ver la experiencia de otrx desde su lugar en el mundo, y no desde el propio, ya es más difícil.
personalmente, con lo que más coincido es con tu comentario final de que igual como no hay una sóla forma de vivir el lesbianismo, tampoco la hay de gestionarlo y visibilizarlo.
el proceso de normalización que cada una tengamos que vivir es propio, personal, con aristas particulares.
respecto a las soluciones intermedias... yo confío mucho en las pistas que nos damos a nosotras mismas sobre lo que nos conviene más, aunque a veces sea de forma no tan conciente. es decir, claro que no es la solución ideal, pero puede que sea la que más te convenga por ahora, que por algo te lo estás planteando en lugar de lanzarte de cabeza con toda confianza en la visibilidad. nótese el por ahora. quién te dice que la intermedia debe ser la solución definitiva? quizá puede ser sólo un paso más...
en fin, lo que nunca debes perder de vista es que sea cual sea el paso que decidas dar, las respuestas que recibas nunca serán todas malas, siempre alguien te sorprenderá, y habemos personas que estaremos dando ánimos incondicionalmente ;)
big hug!!
Mi consejo es que intentes desdramatizar las situaciones. Yo creo que hay personas que deciden no hablar de su vida personal (y de su homosexualidad) con algunos parientes pero que corta su relación con ellos, es decir, hay casos en los que no cuentan de su vida porque no se sienten cómodas/os con ciertos familiares pero precisamente por este motivo, deciden no formar parte de la vida familiar.
ResponderEliminarEso lo concibo más aceptable.
No obstante, creo que si aceptas reuniones familiares, o vacaciones en familia en el pueblo, deberías ser tu la que hable con normalidad de tu pareja, no creo que tenga eso una consecuencia tan terrible. Si ocultas SOLO una parte de tu vida pero les hablas del resto, estás sesgando tus emociones.
El hecho de que no lo hagas público se debe a una razón muy sencilla: tus padres no dan naturalidad al tema y tú sin quererlo les secundas en su prejuicio. Lo haces de manera inconsciente, pero te aseguro que si tu madre o tu padre se tomasen esto con más calma y de manera más natural No te plantearías tanto la reacción de otros familiares más lejanos que lógicamente te importan mucho menos.
Hay familias muy atrasadas mentalmente, familias muy religiosas, muy cerradas, familias que echan a sus hijos/as de casa ante cualquier diferencia. Pero Encantada, estas familias son las menos, la mayoría no son así. Hay familias cerradas, hay familias intermedias y hay familias muy abiertas. Yo creo que excepto en el caso de tener una familia terrible, en los otros dos estados se debe actuar y hablar claro, y más aún cuando llevas años con tu pareja (date cuenta de que incluso os habéis comprado una casa juntas, tenéis un proyecto de vida juntas).
Claro que hay mujeres que nunca dicen lo que son y que con los años sus familiares concluyen vagamente que viven juntas porque son amantes, parejas que nunca son tratadas ni nombradas como tal aunque no padecen acusaciones, pero ¿te resulta esto ético y normal? Yo creo que tenemos que desdramatizar nosotras mismas el tema y ser un poquito más valientes. Sobretodo porque es incoherente "proteger" a familiares prejuiciosos y perjudicar por ello a nuestra compañera, a la que está ahí cada día para quererte. Debe importarnos más nuestra pareja y nuestro corazón, que la opinión de personas ajenas a nuestro día a día.
Comprendo tu situación, pero desde mi punto de vista, el silencio y la información sesgada de nuestras vidas, no hace sino apoyar y dar el triunfo a quiénes nos discriminan...
Al principio, cuando acabas de descubrir tu homosexualidad, es lógico tener miedos y necesitamos un período de adaptación, pero tras unos años no hay motivos reales para tanto temor, temor que en el fondo, a menudo se traduce en comodidad. Es más cómodo ser heterosexual, fingir ser soltera, pero entonces, Encantada, no habríamos avanzado nada.
ÁNIMO, te apoyo siempre.
Creo que tu comentario es lo más inteligente que he leido hace tiempo en "nuestros" blogs. Y me niego a hablar de blogs de lesbianas porque no se me ocurriria hablar de blogs de heteros.
ResponderEliminarSoy muy poco pelona a la vista, pero acabo haciendo lo que quiero sin dar explicaciones a nadie.
De mi boca nunca ha salido "soy lesbiana", pero la realidad es que llevo más de 10 conviviendo con mi pareja y dos de casadas. A mis hijos les dije que me casaba, pero que iba a ser en la intimidad: 3 viven fuera, pero el cuarto fue mi testigo en la boda. Por supuesto acudimos a actos familiares de los dos bandos y nadie ha preguntado nada jamás. Ahora si lo que hablen entre ellos.... para ellos se queda.
Mis amistades, del trabajo o de otros sitios, nunca me han preguntado quien es "esa" que vive en "mi" casa, pero acuden puntualmente a los almuerzos que periodicamente organizo.
En mi trabajo saben que me casé hace dos años pero ¡curioso! nadie me ha preguntado el nombre del cónyuge, jajajaja, pero saben que una tal..... vive conmigo.
No se si seré invisible o no, pero estoy muy satisfecha de no tener que dar explicaciones a nadie de mi vida privada, simplemente no la oculto y quien la conoce, puede pensar lo que quiera. Hasta ahora nadie me ha fallado.
Por supuesto tenemos amigas/os lesbianas/gays pero el trato es prácticamente igual a las hetero, lo que me ha llevado a pensar muchas veces que no hay que dramatizar tanto ni ir enarbolando la bandera, que hay que vivir con normalidad y esto presupone que no hay que dar "explicaciones" sobre tu vida privada y si hay que darlas, hacerlo con naturalidad y como si fuera la cosa más normal del mundo, que lo es.
No se, supongo que habrá gente más miedosa o con menos flema que yo, pero de verdad que la opinión sobre mi del mundo mundial me trae sin cuidado y he tenido suerte porque la gente que no entiende esto no me interesa, puedo darles fácilmente la espalda y no me duele.
Saludos.