domingo, 8 de marzo de 2009

Mi primer 8 de marzo

En el último año he cobrado la suficiente conciencia feminista para plantearme seriamente que la única fecha de acción reivindicativa inexcusable no podía ser el Día del Orgullo, sino que, como mujer que soy y como lesbiana, debía acudir también a la manifestación del Día de la Mujer (Trabajadora). Y así lo he hecho hoy.

Evidentemente, no esperaba un acto masivo como ocurre en el Día del Orgullo, entre otras cosas porque aquello es un fiestón (por encima de cualquier otra cosa, vayamos admitiéndolo) y esto se quedaba en llana manifa. Y aunque un acto semejante nunca estará suficientemente concurrido (deberíamos haber asistido 3 millones de madrileñas, de nacimiento o adopción), he de decir que el ambiente me resultó sumamente agradable. ¡Lesbianas del mundo, desengañaos! Las chicas más interesantes no acuden a los bares de ambiente... ¡están todas preparándose para manifestarse el 8 de marzo!

La verdad es que esta manifestación no tiene nada que ver con la del Orgullo, ni para bien, ni para mal. Para bien, destacaré que había allí mucha gente del politiqueo y el activismo, pero sin darse codazos por aparecer en la cabecera portando la pancarta. De hecho, tuve el honor de marchar junto a Inés Sabanés (una de mis políticas preferidas, sino la que más) como quien baja a hacer la compra. Y esto, si bien puede interpretarse como que las mujeres no importamos un pimiento, a mí me resultó también un detalle acogedor, que daba muestras de la sencillez y la poca parafernalia que rodea (aunque muchos quisieran creer lo contrario) al movimiento feminista.

Otra diferencia que me llenó de gozo fue la convivencia de generaciones que se produce en esta marcha. Me harté de ver mujeres más que maduras vestidas de violeta y cantando proclamas. Hubiera querido hacerme una foto con todas y cada una de ellas e invitarlas a tomar un café para que me contaran cuál había sido su experiencia como feministas. Porque estas mujeres seguramente empezaron a pensar sobre su condición cuando todavía no podían comprarse ni una lavadora sin la firma de su padre o marido.


Junto a estar mujeres, marchaban también muchas madres con sus hijas (e hijos), niñas y jovencitas que portaban carteles y se iban empapando del movimiento. Me llenó de orgullo verlas y saber que sus madres las estaban educando así en el respeto a ellas mismas, y no pude menos que apuntármelo como clave personal para cuando yo también sea mamá.

Aparte de la convivencia generacional, he de destacar que me encantó ver a varios hombres portando carteles y vestidos con faldas. Con toda dignidad, por cierto.

Para mal, me resulta imposible terminar esta crónica sin aludir a la práctica inexistencia de reivindicaciones específicamente lésbicas. Aunque mi novia y yo nos recorrimos gran parte de la manifestación, sólo pudimos encontrar una pancarta que, aunque digna, no tenía apenas seguidoras. Tengo la esperanza de que los grupos pro-lesbianas marchasen al final (porque la esperanza es lo último que se pierde, y porque en el final, final de la manifestación no estuvimos); aun así, me parece que hay colectivos de sobra para que su presencia se hiciese notar más de lo que se hacía.

Lo cual no quiere decir que no hubiera lesbianas. Lesbianas había por todas partes: cantando a favor del aborto, contra el maltrato, por la solidaridad entre mujeres de diferentes culturas, contra la precariedad laboral femenina; cantando contra y por todo lo que había que cantar. A lo que me refiero es que es una pena que no pudiéramos cantar por nuestras reivindicaciones específicas, acompañadas de otras mujeres cuyos temas sí apoyamos, a pesar de que, en numerosas ocasiones, ni siquiera nos incumben.

Pero bueno, lo importante es darnos cuenta de ello y, con suerte, tener nuestro espacio es próximas manifestaciones.

¡Viva el 8 de marzo!

Encantada.

8 comentarios:

  1. Feliz dia para ti tambièn,como siempre estoy encantada de leer lo que escribes y como lo escribes.

    Un fuerte abrazo y mucha luz para vuestra vida.

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  2. qué pena lo del aborto, ya saben que estoy en contra...

    por lo demás, hermosa mani y hermosa crónica

    un beso

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  3. Como me gustaría vivir en Madrid, si viviera allí hubiera ido, pero donde vivo no hicieron ninguna, así que me quedé con las ganas. Me ha gustado mucho tu entrada. Besos.

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  4. Te admiro demasiado!!
    Un beso
    Jhoa♥

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  5. Desde "ARCHIVO ROSA" estamos celebrando todo Marzo como el mes de la mujer: este miércoles 18, inspiradas en el libro del mismo nombre el tema es: "Las mujeres que escriben también son peligrosas" ojalá te animes y nos oigas.

    un abrazo

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  6. Muchas gracias por vuestros comentarios, y por la invitación, María Simona: si puedo, os escucho, por supuesto.

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  7. He llegado aquí de casualidad. Llevo media hora leyendo tu blog, y te aseguro que me está encantando. Me parece muy interesante todo lo que dices, en serio. Creo que tienes una sensibilidad especial al escrbir pero también mucha fuerza, debes ser una mujer con la cabeza muy bien amueblada :) Seguiré leyéndote siempre que pueda, ¡gracias por tus magníficas palabras!

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  8. Gracias a ti por tu comentario, aunque me temo que mi cabeza es en realidad como un almacén del Ikea, prometedor pero a medio montar :P

    Vuelve cuando quieras :)

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¡Encantada de leerte!