jueves, 20 de diciembre de 2007

La importancia de un sufijo

He estado reflexionando durante un tiempo considerable acerca de qué es lo que realmente siento por los tíos. No son (ni nunca han sido) candidatos reales para mantener una relación de pareja o siquiera un escarceo, y, sin embargo, tampoco me resultan indiferentes. Después de devanarme los sesos durante meses, he llegado a la conclusión de que todo se reduce a la distancia que media entre dos sufijos: los tíos me resultan atractivos, no atrayentes.

Cuando veo a un hombre atractivo, se me enciende una pequeña luz de alarma. Algo así como “eh, fíjate, si fueras hetero, tendrías delante de ti a un candidato ideal para… algo”. Durante mucho tiempo, confundí esa pequeña lucecita roja con la atracción, el deseo e incluso el amor. Pero me equivocaba.

Porque el aviso no pasa de ser eso, un aviso dirigido a la mujer heterosexual que no soy. Por mucho que pueda distinguir un candidato potencial para mi otro yo inexistente, mi yo real se mantiene en el sitio. Nada me hace desear nada; a pesar de tener ojos en la cara, los hombres no me resultan atrayentes.

Es curioso haber tardado tanto en nombrar una realidad que siempre estuvo ahí. Nunca jamás, al ver el cuerpo desnudo de un hombre, he sentido ese mareo inevitable que siento cuando veo el cuerpo desnudo de casi cualquier mujer. Siempre me ocurrió, pero tardé años en darle la más mínima importancia.

Cuando era adolescente, incluso, llegué a colgar pósters de chicos en bañador en las paredes de mi habitación, pero al mirarlos no se me erizaba ni un triste pelo. Sin embargo, si alcanzaba a ver, por casualidad y sin buscarlo, la insinuación del hombro, pecho, vientre o cadera de alguna de mis compañeras de clase… ahí sí que la lucecita roja se convertía en llamarada.

Hace poco vi un documental en el que explicaban la homosexualidad animal de un modo tan conductista y determinante como, para mi gusto y a este respecto, acertado. Exponían que el cerebro de un animal homosexual simplemente reaccionaba ante el estímulo de la presencia de otro animal de su mismo sexo, mientras que, en el caso del sexo contrario, su cerebro se mantenía impasible.

Y eso es exactamente lo que me ocurre a mí. En presencia de un hombre, no importan cuán guapo, inteligente, bueno y simpático sea, mi cerebro no reacciona. No es cuestión de pensarlo, reflexionar sobre la conveniencia de este o aquel, darse cuenta de lo fácil que sería todo; es cuestión de que mi cerebro está muerto y mi cuerpo se mantiene frío para él. Podría hacer un esfuerzo para mantener relaciones con muchas mujeres, pero con un hombre no se trata de hacer un esfuerzo: se trata de lo que no puede ser.

Pero sí, los hombres están ahí, son una realidad que no se puede ignorar, como tampoco es posible ignorar que, durante años, nos educaran para amarlos, para tenerlos en cuenta, para creer que eran nuestro futuro y que no había otra posibilidad. A fuerza de metérnoslos por los ojos, algunas desarrollamos la capacidad de ver su atractivo, pero nada más; lo verdaderamente atrayente para nosotras, lo que hace que nos movamos del sitio, que nos mareemos, que no tengamos que pensar sino simplemente dejarnos llevar, nuestro verdadero futuro, presente y pasado, lo que realmente amamos, es la mujer.

Encantada de que sea así.

10 comentarios:

marga dijo...

es verdad, hay hombres hermosos, dignos de ser contemplados, hay hombres muy tiernos, incluso hasta los hay seductores... pero nunca uno de ellos hizo que mis piernas temblaran, eso sólo lo ha logrado, siempre, una mujer

salu2
recibiste mi aviso por mail?

Anónimo dijo...

hola, si en verdad, te puedo decir que me gustaba mucho mi ex novio, su cara, su cuerpo, pero ne verdad no hay como sentirla suavidad del cuerpo de una mujer, las sutiles (o muy pronunciadas)curvas de su cuerpo, las miradas o el saber que tocas justamente como deseas ser tocada y poder sentir lo que siente una mujer en tus brazos, es... simplente indescriptible.

iLiana dijo...

hola.. yo he sentido esa lucesita antes y despues de asumir qe era lesbiana, el problema fue despues por qe llegue a pensar qe era bi, pero cuando intentaba algo mas simplemente ya no podia! hay hombre muy guapos y yo tengo amigos a quienes adoro, pero nada mas!

Anónimo dijo...

Hoy te he conocido y ya me encanta leerte. Espero poder hacerlo durante mucho tiempo.

encantada dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios, ¡completamente de acuerdo en todo!

Encantada de que te unas a la fiesta, mínimus :P

Anónimo dijo...

Enhorabuena por conseguir una explicación tan acertada.
Atractivos, pero no atrayentes... Exacto.
Recuerdas por casualidad el nombre del documental?
Un saludo de otra encantada por este hecho

encantada dijo...

Te pongo el link de youtube donde lo vi: http://youtube.com/watch?v=2MFyCIsN29k y http://youtube.com/watch?v=04lPheGpWfM (está en dos partes).

¡Que lo disfrutes!

Anónimo dijo...

Eres impresionante chica, escribes muy lindo y me ha gustado mucho este post, un besote, y enhorabuena que siempre sean las mujeres las que nos hagan sentir esas cosquillitas en el estomago jeje

encantada dijo...

Gracias, guapa, todo un detalle tu comentario.

Anónimo dijo...

Gracias estaba comenzando a replantearme si los hombres de verdad no podían ser mas.
Esa sensación de decirme: es perfecto, es guapísimo, que músculos, que inteligente y sensible es, todo un Dios griego---- y por que no ??
Porque no eh dicho sexy, por que no mencione amor
porque no me vuelve loca como lo hace aquella mujer

Y creo fielmente en el resto de tus teorías

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