No sé qué me duele más, si descubrir que una Ley de presunta Igualdad no permitiría la existencia de un Partido Feminista, o tenerme que enterar de tremenda afrenta gracias a la maquiavelia del PP.
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Lo primero me duele porque me recuerda que las mujeres no estamos en condiciones de rechazar las migajas que nos concede el patriarcado, de manera que la discriminación positiva es necesaria, por mucho que siga siendo una evidente forma de discriminación.
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Lo segundo, porque es un nuevo ejemplo de cómo la derecha utiliza a la mujer, de cómo sigue utilizándola como sostén (y nunca mejor dicho) del mismo sistema que la oprime. ¿Es realmente una reivindicación feminista lo que han hecho estas mujeres canarias? El beneficio que se obtiene de todo esto, ¿cae del lado de la mujer? Permítanme dudarlo, cuando menos.
Encantada de no caer en la trampa.
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