Últimamente he leído varias opiniones que circulan por la red (y por lo que no es la red, obviamente) llenas de prejuicios hacia la alimentación vegetariana. En ellas, se acusa a esta dieta de elitista y cara, y a los vegetarianos, de seres artificiales que no podrían vivir sin esas delicatessen que constituyen tanto las tiendas vegetarianas como la comida vegetariana. Muchos de los que suscriben dichas opiniones terminan amenazando con que se comerán un buen filete en cuanto apaguen el ordenador, lo cual me provocaría mucha risa si no fuera tan patético. El caso es que me apetecía dejar algunas cosas claras; cosas que, sorprendentemente, parece que no resultan la obviedad que son para un número vergonzoso de personas.
En primer lugar, a algunos les gustará saber que las presuntas “tiendas vegetarianas” no existen. O a lo mejor soy yo, que no las encuentro. En cualquier caso, lo que yo entiendo es que esa expresión, “tiendas vegetarianas”, hace referencia a determinadas zonas de los supermercados (normalmente etiquetadas como “dietética”), a los herbolarios y a las tiendas de productos ecológicos. Y ninguno de estos lugares es exclusivo para vegetarianos; de hecho, los vegetarianos son minoría al menos en los dos primeros. Y lo digo con conocimiento de causa, porque se pasa una vergüenza muy grande mientras se revuelve entre un montón de preparados para adelgazar buscando algo que se parezca a una hamburguesa de soja, sobre todo cuando la gente se para a mirarte con cara de “mírala, tan delgadita y preocupada por el peso, ¡adónde vamos a llegar!”.
Por otro lado, por más que los vegetarianos puedan ser la clientela principal de los productos ecológicos (cosa que no aseguro, sobre todo teniendo en cuenta que también existe carne de producción ecológica, por ejemplo), ni estos ni los lugares donde se venden (que a veces no son más que simples estanterías dispersas en un supermercado cualquiera) resultan excluyentes: cualquier persona que no sea vegetariana puede optar por comprar productos ecológicos por otros motivos, como la salud o la defensa del medio ambiente.
En fin, que para ser una élite, parece que se mezclan bastante con la chusma.
En cuanto a la comida vegetariana, esta tampoco existe. La denominación se usa, sí, pero por pura comodidad, porque los platos que la constituyen se encuentran dispersos a lo largo y ancho de las dietas omnívoras de todo el mundo. De hecho, poca gente consideraría que cuando se toma un gazpacho, un revuelto de setas al ajillo, unos jalapeños o unos espaguetis al pesto está comiendo “comida vegetariana”. Sin embargo, en cualquier recetario de comida vegetariana o en el menú de un restaurante vegetariano son esos y no otros platos exotiquísimos y muy raros (que no estaría mal probar tampoco) los que se van a encontrar. Es decir, que cualquier plato etiquetado como “vegetariano” puede ser ingerido y de hecho lo es por cualquier persona no vegetariana; la diferencia es que las personas vegetarianas sólo ingieren esos y no otros que sí forman parte de la dieta omnívora.
Resumiendo, ¿quién excluye a quién?
Y en cuanto a la idea de que ser vegetariano sale caro, considero que cualquiera que se adhiera a tremenda opinión no tiene ni idea, bien de qué es ser vegetariano, bien del precio de la comida. En la dieta vegetariana, se elimina la parte de la pirámide alimentaria que corresponde a los productos de origen animal. Esta parte se sitúa en la zona superior, lo que quiere decir que es relativamente pequeña y que en ningún caso constituye la base de ninguna dieta. En el caso de la vegetariana, los aportes nutricionales de esta zona que se elimina se consiguen ensanchando, principalmente, la base de la pirámide, compuesta por los cereales y las legumbres. Que mucha gente no sepa que deberíamos alimentarnos sobre todo de cereales y legumbres y no de filetazos, y que de hecho los filetazos causan graves problemas de salud, es algo que demuestra la calidad de nuestros conocimientos sobre nutrición. Por no hablar de los que piensan que los vegetarianos sólo comen lechuga; y es que, si a alguien le llama la atención la cantidad de vegetales que comen los vegetarianos, es porque los filetazos no le dejan ver los que él mismo debería estar ingiriendo por el bien de sus arterias.
En primer lugar, a algunos les gustará saber que las presuntas “tiendas vegetarianas” no existen. O a lo mejor soy yo, que no las encuentro. En cualquier caso, lo que yo entiendo es que esa expresión, “tiendas vegetarianas”, hace referencia a determinadas zonas de los supermercados (normalmente etiquetadas como “dietética”), a los herbolarios y a las tiendas de productos ecológicos. Y ninguno de estos lugares es exclusivo para vegetarianos; de hecho, los vegetarianos son minoría al menos en los dos primeros. Y lo digo con conocimiento de causa, porque se pasa una vergüenza muy grande mientras se revuelve entre un montón de preparados para adelgazar buscando algo que se parezca a una hamburguesa de soja, sobre todo cuando la gente se para a mirarte con cara de “mírala, tan delgadita y preocupada por el peso, ¡adónde vamos a llegar!”.
Por otro lado, por más que los vegetarianos puedan ser la clientela principal de los productos ecológicos (cosa que no aseguro, sobre todo teniendo en cuenta que también existe carne de producción ecológica, por ejemplo), ni estos ni los lugares donde se venden (que a veces no son más que simples estanterías dispersas en un supermercado cualquiera) resultan excluyentes: cualquier persona que no sea vegetariana puede optar por comprar productos ecológicos por otros motivos, como la salud o la defensa del medio ambiente.
En fin, que para ser una élite, parece que se mezclan bastante con la chusma.
En cuanto a la comida vegetariana, esta tampoco existe. La denominación se usa, sí, pero por pura comodidad, porque los platos que la constituyen se encuentran dispersos a lo largo y ancho de las dietas omnívoras de todo el mundo. De hecho, poca gente consideraría que cuando se toma un gazpacho, un revuelto de setas al ajillo, unos jalapeños o unos espaguetis al pesto está comiendo “comida vegetariana”. Sin embargo, en cualquier recetario de comida vegetariana o en el menú de un restaurante vegetariano son esos y no otros platos exotiquísimos y muy raros (que no estaría mal probar tampoco) los que se van a encontrar. Es decir, que cualquier plato etiquetado como “vegetariano” puede ser ingerido y de hecho lo es por cualquier persona no vegetariana; la diferencia es que las personas vegetarianas sólo ingieren esos y no otros que sí forman parte de la dieta omnívora.
Resumiendo, ¿quién excluye a quién?
Y en cuanto a la idea de que ser vegetariano sale caro, considero que cualquiera que se adhiera a tremenda opinión no tiene ni idea, bien de qué es ser vegetariano, bien del precio de la comida. En la dieta vegetariana, se elimina la parte de la pirámide alimentaria que corresponde a los productos de origen animal. Esta parte se sitúa en la zona superior, lo que quiere decir que es relativamente pequeña y que en ningún caso constituye la base de ninguna dieta. En el caso de la vegetariana, los aportes nutricionales de esta zona que se elimina se consiguen ensanchando, principalmente, la base de la pirámide, compuesta por los cereales y las legumbres. Que mucha gente no sepa que deberíamos alimentarnos sobre todo de cereales y legumbres y no de filetazos, y que de hecho los filetazos causan graves problemas de salud, es algo que demuestra la calidad de nuestros conocimientos sobre nutrición. Por no hablar de los que piensan que los vegetarianos sólo comen lechuga; y es que, si a alguien le llama la atención la cantidad de vegetales que comen los vegetarianos, es porque los filetazos no le dejan ver los que él mismo debería estar ingiriendo por el bien de sus arterias.
Pero a lo que íbamos. Cuando una persona vegetariana sustituye la carne y el pescado por otros alimentos, como las legumbres, ahorra. Supongo que nadie podrá discutir que un plato cuyo ingrediente principal sea la carne, cualquier carne, tiene que ser necesariamente más caro que un plato cuyo ingrediente principal sean, por ejemplo, las lentejas o la pasta. A iguales condimentos, menor precio de este último. Sí que es verdad que algunos productos pueden resultar comparativamente más caros que los más baratos de su clase (por ejemplo, las salchichas de carne frente a las salchichas de tofu), pero la realidad es que los vegetarianos no se alimentan a base de ellos, ya que constituyen un complemento, un capricho o algo simplemente inexistente. Y con el dinero que se ahorran en cada comida, bien pueden permitirse algún que otro extra. E incluso aunque no lo hicieran: tal y como ocurre con el comercio justo, aunque se pague más, se ahorra. Se ahorra en sufrimiento, en explotación, en degradación del medio ambiente, en enfermedades y en mala conciencia.
A cada cual con la suya, claro está.
De todas formas, es que me hace gracia. Cuando hay una crisis alimentaria (es decir, todos los días, a todas horas, ahora mismo), ¿qué cargan en los camiones de ayuda humanitaria? ¿Filetazos? ¿O maíz, mijo, soja y similares? ¿Y por qué lo hacen? ¿Porque son así de desprendidos? Obviamente, no: porque una dieta vegetariana es la única que se pueden permitir millones de personas en todo el mundo, la única que la humanidad se ha podido permitir a lo largo de la mayor parte de su historia, y la que muchas personas eligen como opción personal, contribuyendo a un mundo más justo, más sostenible, más humanitario, más solidario, y tantas otras cosas.
Todo ello sin negar que snobs gilipollas hay en todas partes, y entre los vegetarianos también.
Y en cuanto a la artificialidad de la dieta vegetariana, o la presunta dependencia de los productos preparados, seré breve: si ahora mismo desaparecieran todos los mercados del mundo y nos encontrásemos en una selva, sería más fácil comer fruta o raíces que un buen asado de lo que fuera. Dependientes somos todos, porque así es el mundo que nos hemos creado. La mayor parte de la gente que come jamón ibérico no tiene ni idea de en qué consiste el proceso de curado, ni muchos de los que se deleitan una hamburguesa de soja podrían cocinarla a partir de sus ingredientes. O sí, porque un gran número de vegetarianos están muy concienciados en lo que se refiere a cocina tradicional, evitan comprar productos preparados y son excelentes cocineros. Pero aunque no fuera así, daría igual: vegetarianos u omnívoros, todos compramos en el mercado sin tener la más mínima idea de muchas cosas. Porque eso no depende de lo que compre y coma cada uno, es algo más.
De cualquier modo, y tras esta lista de obviedades, lo que me sigo preguntando es: ¿por qué hay personas que se meten en páginas sobre vegetarianismo cuando es un tema que no les interesa, y encima, van y opinan? ¿Por qué se dedican a visitar blogs, foros y demás solo para insultar y decir memeces? A mí es que no me cabe en la cabeza. Por ahí hay millones de páginas sobre temas que aborrezco y jamás me he dedicado a faltar al respeto a los que las mantienen, por más que muchos no merezcan ni el más mínimo respeto. Cuando uno tiene una idea, creo que debe compartirla, explicarla, publicitarla si lo desea, pero no usarla para atacar, porque cuando eso ocurre, la idea, sea cual sea, pierde toda su validez. Si alguien quiere hacer una página de “¡Viva la carne!” (que seguro que ya existe), que la haga: muchos no entraremos y eso será todo. Nadie se pegará con nadie y, con un poco de suerte, el tiempo pasará y dará la razón a quien la merezca.
Así funcionan las cosas. O mejor: así deberían funcionar.
Y yo estaría encantada.
6 comentarios:
Estás en lo cierto, se puede ser 100% vegetariano con los productos que se encuentran en cualquier supermercado, es más, incluso con los que se encuentran en la tiendecita de la esquina. Lo realmente curioso es que todas esas ideas sobre el vegetarianismo no son más que excusas, por ejemplo en el tema de la vestimenta tenemos el efecto adverso por parte de quienes usan animales. Si les dices que usas zapatos que no son de cuero te dicen que entonces habrán costado tres duros y que serán malisimos, que por el contrario ell@s prefieren gastarse lo que haga falta en unos buenos zapatos, de piel claro. Son solo prejuicios, ideas que se aprenden, se repiten de forma mecánica e irreflexiva y que desgraciadamente cuesta darse cuenta de que son solo excusas para no asumir la responsabilidad y el deber que tenemos de asumir que lo que hacemos si afecta a otr@s ya no es tan personal ni subjetivo sino que ya es una cuestión de justicia y de respeto. Cuando alguien ve a los demás animales como recursos accede a una página web de defensa de los animales , de promoción del vegetarianismo se siente automaticamente atacada es más ha accedido porque ya de antemano se siente atacada con que existan personas que deciden respetar a los animales, y esto es porque en el fondo siente que no actúa de forma justa y eso le ofende enormemente. Pero bueno, la intención de quienes nos dedicamos a la defensa de los derechos de los animales no es esa ni mucho menos, lo único que pretendemos es que los demás animales sean considerados de forma justa, como individuos y no como recursos, y que por supuesto no pretendemos acusar ni ofender, sino ofrecer toda esa información que permanece escondida, mostrar que los animales no humanos sienten, y que hoy por hoy son víctimas de una discriminación que les provoca un sufrimiento y una privación inimaginables. Todo el mundo puede hacernos preguntas a nosotr@s sobre lo que quiera, debatir y lo que haga falta, pero ¿Cuántas personas pueden acceder a un matadero y ver lo que allí ocurre?, ¿Cuántas cámaras de televisión nos muestran lo que ocurre en laboratorios de todo el mundo?, ¿Cuántas personas pueden preguntar sobre la producción peletera directamente a un productor?. La explotación animal siempre tiene víctimas, y si las vieramos, si afrontásemos que como tú y como yo tienen intereses, si conocieramos lo que padecen dejariamos ya de utilizarles.
Todo se andará!
Un saludo!.
para hacer una dieta vegetariana, habría que hacerla bajo la supervisión de un médico nutricionista, de lo contario se corre un serio riesgo de poner en juego la salud, en especial en lo que a defensas se trata
eso, nada más
:)
Disculpa Marga pero una dieta vegetariana no pone más en riesgo la salud que una omnivora. Ambas dietas pueden ser igual de sanas o igual de innsanas si se hacen mal. Con la diferencia de que en una dieta omnivora se perjudica a otros animales. En cuanto a las defensas, me parece que eres poco concreta, no se a que nutriente en concreto te estás refiriendo que afecta directamente a las defensas y que una dieta vegetariana no posee, sea cual sea el nutriente al que te refieras insisto en que una dieta vegetariana es igual de sana que una que no lo sea. Ambas deberían estar bien planificadas, no solo la vegetariana. Lo de la supervisión de un nutricionista en la dieta vegetariana es falso, vamos al menos igual de falso que decir que una dieta omnivora debe ser supervisada por un nutrionista. Lo ideal es cuidarse y comer de una forma sana y aquello que necesitamos, pero eso es válido para una dieta vegetariana y una omnivora. Con la diferencia que señalé anteriormente.
Un saludo.
Ah, si sabré de prejuicios con respecto a este tema, no pasa un día sin que me critiquen mi vegetarianismo o me pidan "simpaticamente" que pruebe un poquito de carne. Nadie le dice nada mi concuñado, por ejemplo, que no prueba un vegetal... La de las defensas me la tiran una y otra vez, sin embargo yo siempre sana, ni un resfrío... pero bueno, quién me mandó a nacer en la tierra donde la carne es el pan de cada día?!
=p
Algo interesante, entre las personas más longevas del mundo hay un grupo de vegetarianos:
http://ngenespanol.com/2005/11/01/longevidad/
¡Hola chicas!
Estoy muy de acuerdo con la idea de que la actitud anti-vegetariana está llena de excusas, prejuicios y autodefensa. Y que es más fácil criticar a una persona vegetariana que replantearse ciertos hábitos o afrontar lo que no nos gusta de la realidad (en este caso, la explotación de los animales).
En cuanto a lo de las defensas, yo tampoco tengo ni idea de qué se trata, y me encantaría saber del tema, ya que no he encontrado referencias a ello en nada de lo que he leído.
Por cierto, muy graciosa la anécdota Julieta, nadie se mete con la gente que deja de ser omnívora para pasarse al consumo exclusivo de carne, jeje, ¡y hay tantos! Pero claro, la carne favorece a la industria, da dinero, te enferma y tienes que comprarte medicamentos, etc, etc.
En fin, una discusión estupenda, seguiré sacando el tema :)
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