lunes, 19 de julio de 2010

¡Felicidades ARGENTINA!

Conocimos la noticia durante nuestras vacaciones. Ya desde antes seguimos el desarrollo de los acontecimientos a través de algunos blogs amigos, especialmente el de Miss Fiamma y el de Silvina y Andrea. Y cuando por fin salió la sentencia, nuestro júbilo hizo temblar las cumbres pirenaicas y a punto estuvo de provocar un tsunami en pleno Mediterráneo.

No he podido dejar de pensar en las movilizaciones multicolor y en las dudas y esperanzas de Miss Fiamma y Von Eisenberg; en el largo camino y la dura lucha por la visibilidad de Marga y Vero; me acordé también de Julieta, que aunque restringió su blog seguramente seguirá siendo una gran activista. Y por supuesto, no pude dejar de dar gracias porque al fin quedan protegidas las preciosas familias de Roma y Triana (no os perdáis a Tato, que tanto nos enseña, ni a Tinchi, el terremoto) y de Silvina y Andrea (que con su lucha, su visibilidad y el coraje de sacar adelante nada menos que a trillizos nos regalan ejemplos de vida todos los días).

El mundo es ahora un poquito más justo y la comunidad homosexual al completo ha dado un paso más hacia la tan soñada igualdad. Y debemos sentirnos felices, satisfechos e incluso sorprendidos, porque en el actual contexto de crisis económica, donde los derechos sociales que tantos años costó conseguir van siéndonos arrebatados poco a poco, un avance como el del matrimonio igualitario resulta casi un milagro.

Y aunque todos nos beneficiamos de este paso, es especialmente importante para los países latinoamericanos, cuyas comunidades homosexuales pueden sentirse hoy un poco más esperanzadas. Tal y como pasó en Europa, la semilla está plantada: ahora sólo hay que esperar a que crezca, regándola con la misma lucha aunque ahora sepa un poco menos amarga.

A sabiendas de que seguramente no haga falta decirlo, como ciudadana de un país que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo desde hace cinco años, me gustaría animar a todas las compañeras argentinas a que celebren el triunfo por todo lo alto y después se preparen para seguir luchando: si bien ahora están un poco más protegidas, no por ello van a dejar de ser discriminadas. En nuestro país, la iglesia sigue clamando en nuestra contra, las manifestaciones a favor de papá y mamá excluyentes continúan sucediéndose, cualquier persona anónima se sigue creyendo con derecho a decidir si nuestros matrimonios o nuestras familias son iguales o siquiera legítimos, aún nos ponen trabas inexistentes para las parejas heterosexuales a la hora de reconocer la filiación de nuestros hijos y, por supuesto, la ley continúa recurrida en el Tribunal Constitucional. Se gana una batalla, pero la guerra continúa librándose cada día.

En cualquier caso, ENHORABUENA.

5 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

Cuando se modificó el código civil en España para permitir el matrimonio entre personas del mismos exo, yo estaba en
México y una mujer actvista de los derechos LGBTT fue entrevistada en la radio y dijo que pensaba que la sociedad española estaba madura para aceptar algo así porque había sufrido mucho. Esas palabras me hna venido a la memoria al saber de la noticia de Argentina porque desde luego que allí también han sufrido mucho en su historia reciente. Me alegra mucho que mi América Latina vaya avanzando, pero me apena que el precio sea tanto sufrimiento... tal parece que los seres humanos no aprendemos más que a palos...

Fiamma dijo...

Ante todo, mil gracias por el reconocimiento:). Estoy muy satisfecha, creo que esta ley va a ser el primer paso en una mejora de la calidad de vida. Siguen mis dudas acerca de si la legislación abre al cambio social o viceversa. El viejo tema del huevo o la gallina. Pero sin dudas, la legalidad del estado visibiliza y defiende.
Un abrazo chicas

Candela dijo...

Es un gran logro. Ojalá muchos más países adoptasen la iniciativa hasta hacerla universalmente normal. Ojalá.

von Eisberg dijo...

Esta es una brecha que se abre en la conservadora y ultracatólica América Latina. Somos también un continente de caudillos, pistoleros y machistas, de regímenes totalitarios y de guerrillas. Somos un continente profundamente inmaduro desde toda perspectiva política. Creo que este es un paso hacia el pluralismo, hacia la tolerancia y hacia un afianzamiento de los derechos humanos. Es un primer paso. Ojalá otros países nos sigan. Este triunfo no se agota en el matrimonio gay, sino que además permite el replanteo de muchas otras cuestiones hasta ahora reguladas bajo el manto hegemónico de la iglesia. Las decisiones políticas pueden estar o no en armonía con las creencias religiosas, pero jamás pueden estar a su merced. Creo que los argentinos hemos logrado un destete importante con la aprobación de esta ley. Hemos crecido como sociedad. Como usted lo ha dicho: ¡enhorabuena!
Besos felices.

von Eisberg dijo...

Esta es una brecha que se abre en la conservadora y ultracatólica América Latina. Somos también un continente de caudillos, pistoleros y machistas, de regímenes totalitarios y de guerrillas. Somos un continente profundamente inmaduro desde toda perspectiva política. Creo que este es un paso hacia el pluralismo, hacia la tolerancia y hacia un afianzamiento de los derechos humanos. Es un primer paso. Ojalá otros países nos sigan. Este triunfo no se agota en el matrimonio gay, sino que además permite el replanteo de muchas otras cuestiones hasta ahora reguladas bajo el manto hegemónico de la iglesia. Las decisiones políticas pueden estar o no en armonía con las creencias religiosas, pero jamás pueden estar a su merced. Creo que los argentinos hemos logrado un destete importante con la aprobación de esta ley. Hemos crecido como sociedad. Como usted lo ha dicho: ¡enhorabuena!
Besos felices.

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