martes, 2 de agosto de 2011

Los efectos secundarios de mis antidepresivos


Yo soy una de esas personas a las que les encanta leer los prospectos de los medicamentos. Bueno, en realidad no me encanta: de hecho, he llegado a sufrir alguna que otra crisis de ansiedad moderada (dejé de sentir el dedo pulgar de la mano derecha) leyendo uno de ellos. Pero, a pesar de esto, lo hago. Leo los prospectos de mis medicamentos… y los de los demás.

Teniendo en cuenta esta experiencia prospectomedicamentil, me siento legitimada para decir que el prospecto de mis antidepresivos es uno de los más divertidos que he leído. Aparte de poderte morir de cualquier cosa, como con el resto de medicamentos, mis antidepresivos provocan una serie inverosímil de efectos secundarios. Lo peor es que, leyendo el prospecto, me di cuenta de que los más penosos… me estaban ocurriendo a mí.

Por ejemplo, la equimosis. ¿Que qué es la equimosis? Pues es lo que popularmente se viene conociendo como que te salgan moratones con el roce de una pluma. Yo no sé si tengo una tendencia previa a ello o no; pero desde que tomo los antidepresivos, mis extremidades parecen las de un niño de cuatro años. Tengo moratones de todos los tamaños, formas y colores; producto de golpes que, en general, no recuerdo. Esta situación, unida al hecho de tener un gatito que me muerde y araña cada día, hace que parezca Miguel de la Quadra-Salcedo sin haber pisado la selva. Menos mal que en los últimos días he ligado un poco de moreno, gracias a lo cual he logrado que mi aspecto prácticamente raye con la dignidad.

Otro efecto secundario que padezco son los bostezos. Dicho así no resulta muy traumático; pero en realidad es uno de los más peligrosos, sobre todo para mi vida social. ¿Que tu amiga del alma te está contando su último agravio amoroso? Tú bostezando tres veces por minuto. ¿Que la madre de un alumno conflictivo se te pone a llorar en la entrevista? Tú aprovechando la lagrimilla que te sale mientras tratas desesperadamente de reprimir los bostezos. ¿Que tu novia está a punto de llegar al orgasmo? Tú escondiendo la cara en su cuello para que no te vea abrir la boca. ¡Menos mal que este efecto secundario se suaviza con el tiempo! De lo contrario, a estas alturas del tratamiento no me quedarían ni amigas, ni trabajo, ni novia.

Continuando con la galería de los horrores, confesaré que también sufro de bruxismo. Este nombre tan curioso responde a lo que se conoce como rechinar de dientes, un trastorno que el prospecto incluye dentro de los efectos secundarios gastrointestinales. Lo mejor del asunto es que a mí ya me ocurría esto en sueños, pues no sólo me rechinaban los dientes, sino que sufría algo así como espasmos en la mandíbula. Pero no entremos en detalles. Sólo quiero dejar por escrito mi amarga queja ante el dolor de mandíbula crónico que arrastro gracias a la conjunción del rechine nocturno y los bostezos diurnos. La potencia de mi músculo mandibular batiría todos los récords.

Para terminar, mencionaré el último efecto secundario que he descubierto: la hipotensión postural, que consiste en una bajada de tensión brusca cuando se cambia de postura. Lo descubrí casualmente releyendo el prospecto después de haber estado a punto de caerme redonda varias veces mientras limpiaba el polvo. Durante semanas barajé varias opciones (un tumor cerebral, la vejez prematura, una anorexia vegetariana típica, etc.), pero gracias al prospecto de mis amores, hoy estoy bastante segura de que algo tan patético tiene que ser, por fuerza, un efecto secundario.

Evidentemente, también me encuentro muchos otros efectos, en su mayoría letales, que probablemente son fruto de mi imaginación (o no). El único que no me encuentro por ningún lado es el priapismo, una verdadera lástima que rebaja inmensamente el nivel de truculencia de este post.

Quien no se consuela, es porque no lee prospectos.
Encantada.

7 comentarios:

Candela dijo...

Uyyyy y ni siquiera has contado el que considero más indeseable! De todas formas yo prefiero no leer los prospectos, a no ser que empiece a notar algo raro, entonces los leo para no asustarme y dejarlo en "es solo un efecto secundario de la medicina".

Marta dijo...

Bueno, la idea es que a falta de algo mejor, los beneficios superen a los inconvenientes :)

Sobre la hipotensión postural, (hipotensión ortostática) sólo tratar de tener cuidado cada vez que te levantes (de la cama, de una silla, de estar agachada), hacerlo más lento y no de golpe para que la bajada de riego sanguíneo al cerebro sea más lenta y te marees menos.

Besitos!

farala dijo...

jajajaja si te llega a dar priapismo yo dejo de leer tu blog (ademas de los prospectos, jejejejeje

(el efecto secundario peor que he padecido fue el de las pastillas para dejar de fumar que ponía que "te agrandaba la nariz" nadie me cree, pero yo tengo las fotos para acreditarlo!!)

Pena Mexicana dijo...

ay niña... yo también soy del club de no leer los prospectos, afortunadamente tampoco sentí nada raro con mis antidepresivos... ¿o si?
Qué más da... honestamente prefiero cualquier efecto secundario que estar pensando casi todo el tiempo que soy una mi...da y cuál será la mejor manera de hacer mutis...

besos

LA DESGRACIÁ dijo...

Pues te has librado del peor, que es la anorgasmia o la falta directa de líbido...

bss

chris dijo...

Yo empecé a sentir de inmediato el que comenta La Desgra. La hipotensión postural no sé si la he sufrido como tal. De repente estaba tan normal y de repente me caía redonda y necesitaba echar una cabezadita en cualquier lugar y hora. El médico me dijo que era por intolerancia a las benzodiazepinas de los ansiolçiticos.

Coemncé en noviembre y para enero ya andaba sudando como un pollo. En cuanto andaba un poco, ni siquiera correr o hacer ejercicio el nivel de sudoración era completamente anómalo. Yo que soy una friolera de narices comencé en invierno a quedarme en manga corta. No te cuento cómo estoy pasando de mal el verano. Es una sensación de calor constante...le pregunté a la psiquiatra y me dijo literalmente..."con la cantidad de efectos secundarios que tienen esas pastillas no me extrañaría que fuera uno de ellos"

no, procuro no leer los prospectos porque me suelen dar muchos efectos secundarios en cuanto los conozco. A ver si terminamos pronto de tomar las dichosas pastillas y "normalizamos" nuestra vida!!

Estela Rengel dijo...

Secundo a La Desgra, que yo con el Diazepam no me ponía cachonda ni a la de tres. Y joder, me he atragantado y todo de la risa con lo del priapismo, me gusta que te lo tomes con humos y filosofía. xD

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