jueves, 13 de septiembre de 2007

¿Qué normalidad?

Como en mi país las personas homosexuales ya podemos legalizar nuestras familias, se plantean nuevos objetivos a largo plazo, de entre los cuales se lleva la palma el de “normalizar el hecho homosexual”. Pero yo me pregunto, ¿qué entendemos por normalidad?

Una de las concepciones que, últimamente, parece permitirnos a lesbianas y gays considerarnos “normales” tiene que ver con la pluma, es decir, ese “adorno” que lucimos, teóricamente correspondiente al otro sexo. Así, las lesbianas muy femeninas y los gays muy masculinos compran su pasaporte hacia la normalidad a base de cumplir hasta límites insospechados los roles de género tradicionales.

Estoy de acuerdo en que, para ser lesbiana o gay, no hace falta romper los roles de género; pero tampoco hace falta seguirlos al pie de la letra. La lectura que permite identificar a lesbianas y gays en relación con su pluma hace tiempo que ya se reveló como zafia e inexacta, porque hay lesbianas masculinas, sí, pero también las hay femeninas, andróginas, o masculinas y femeninas según la ocasión; y lo mismo ocurre con los gays, y por supuesto, con los heterosexuales. Personalmente, conozco a varias mujeres que harían estallar cualquier radar lésbico, y que, sin embargo, están locas por los hombres.

El problema de seguir los roles tradicionales de lo femenino y lo masculino es que, paradójicamente, significa hacerle el juego al mismo sistema que nos discrimina. No creo que la liberación homosexual deba restringirse al ámbito de poder elegir a la persona con quien te acuestas, sino que ha de ir mucho más allá. Las personas homosexuales cuestionamos el patriarcado de mil maneras, y eso no sólo es positivo para nosotras, sino que también lo es para el resto de la sociedad. El sistema que nos considera “anormales” opina que existe una manera natural de ser para las mujeres y para los hombres, y sin embargo, sabemos que eso no es así. De tal manera que no importa si eres lesbiana y tu apariencia es femenina o masculina, siempre que comprendas que no estamos hablando más que de apariencia, de gustos culturales o personales, pero no de naturalidad, adecuación biológica o legitimidad.

Si la normalidad es decir “soy lesbiana y me maquillo y llevo falda y por eso soy normal”, yo no quiero esa normalidad.

Otro de los atajos que últimamente parece tomarse hacia la normalidad es el de negar la diferencia. Yo he tenido varias experiencias agridulces con mis amigos más abiertos y respetuosos precisamente porque, en su afán de hiperaceptación, se olvidan de que mi realidad difiere de la suya en detalles que para nada han de ser considerados como menores. Así, ante mis quejas por la homofobia de mis padres, ellos se quejan porque a sus padres no les gusta su trabajo, o la manera como visten, o si salen mucho o poco, o si no llaman lo suficiente, o si la carrera que eligieron no les pareció la más oportuna. El problema es que yo puedo tener tooodos esos problemas, y además, sufrir una homofobia familiar que ellos no sufren de ninguna manera. Y quiero que se me reconozca como tal, que se nombre, que se le dé la importancia que tiene, y que no se intente sumir en el pozo del resto de las desavenencias familiares porque no es una más, es una especial, diferenciada, injusta e impersonal que sufro en mis propias carnes por una característica ajena a mí y un sistema anterior y mucho más poderoso que mi familia.

Si la normalidad es obviar mi realidad, yo no quiero esa normalidad.

Para terminar, observo preocupada cómo muchas personas consideran todavía hoy que el armario es un invento homosexual. Que somos nosotras mismas las que nos metemos en el armario, cuando nunca hubo necesidad de hacerlo, y que, consecuentemente, duplicamos el problema porque, una vez que entramos, tenemos que salir. Lo que más me duele de este concepto es que es muy común en el entorno homosexual, de manera que muchas personas lesbianas y gays se alegran de no haber sido nunca discriminadas y después alegan, como si tal cosa, que no han salido de ningún armario porque no hace falta salir. Si no dices nada, ellos no dicen nada, y puedes considerarte y ser considerada “normal”.

Y sin embargo, salir del armario es una necesidad porque nuestra sociedad presupone la heterosexualidad. Si no la niegas, es decir, si no sales del armario, te consideran heterosexual y es por eso, no por otra cosa, por lo que no sufres discriminación. La aceptación se pone a prueba una vez que estás fuera, una vez que has dicho que no eres heterosexual, y eso siempre supone una pequeña revolución. Y la hacemos, tantas veces como sea necesaria, como, cuando y con quien podemos, y llevarla a cabo nos acarrea dudas, sufrimiento, sorpresas y, a veces, mucho dolor. La solución de este problema no pasa por hacer como que no existe el armario, sino colaborar para que pronto terminemos con la heteronormatividad.

Si la normalidad pasa por mimetizarme con un entorno que me ignora, yo no quiero esa normalidad.

O soy normal tal y como soy, con mis matices, mis experiencias y mi diferencia, o prefiero seguir siendo anormal.

Y encantada, además.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupendo post, Encantada. Quisiera comentarte algunas cosas al respecto, la primera es que ciertamente SI es necesario eso de "salir del armario" como bien dices porque desde la cuna se presupone que eres heterosexual a menos que digas lo contrario. Encuentro a muchas personas que me dicen: "Ay pues mi amigo es muy natural porque ni tiene que decir que es gay, no tiene la necesidad de ir contándolo a todo el mundo". Y yo siempre respondo: ¿Y eso es llevarlo y vivirlo de forma natural?.
En fin, eso de que "no hace falta" decirlo me resulta de risa, pues siempre imaginarán que soy heterosexual...Pero casualmente es una afirmación dicha por heteros que presumen de ser "muy tolerantes".
Otro punto que me agradaría explicarte es que a mí sí me molesta (y mucho) que incluso dentro del mundo homosexual se afirme que una mujer es lesbiana o "más lesbiana" por parecerse a un chico o porque asuma un "rol" de hombre con ciertos matices sexistas incluso.
Cuando yo dije que era lesbiana nadie me creía, pensaban que era una forma de llamar la atención, ¿por qué? porque no me comportaba como "un chico". Así que no me parece bien que la imagen eterna de lesbiana sea la que se suele defender.
No hay imagen de lesbiana. Cada mujer es única.
Yo no hablo de roles o papeles, no digo que ser lesbiana sea ser una maruja mujer con tacones, pero si hablo de que hay dos cosas diferentes, una es la inclinación sexual (por qué sexo se sienta una persona atraida) y otra es la indentificación sexual (cn qué sexo te identifiques). Pero cada persona que hable, vista y hable como quiera.
Es decir, no tiene nada que ver (repito) con los roles (soy anti sexista y no podría hablar de roles absurdos) pero si de ese ataque que leo a veces a series como The L Word porque las chicas lesbianas en cuestión no son nada parecidas a lo s chicos.
De hecho unas palabras mías en un blog que tienes agregado te han molestado por lo que acabo de leer...Pero creo que te has equivocado, en ningún momento arremeto ni ataco (ni se me ocurriría) a las mujeres que desean parecerse a un hombre (cada cual que haga lo que más guste, faltaría mas) pero si que me parece incorrecto afirmar que alguien es lesbiana "porque ya desde niña odiaba los vestidos o jugaba al fútbol o piropeaba a las niñas", creo que no tiene eso nada que ver con ser lesbiana o no serlo.
Siento...decepcionarte dado que por tu post y comentario en otro blog has malinterpretado mis palabras.
Un saludo

encantada dijo...

Para nada me decepcionas, al contrario. Entiendo perfectamente lo que dices, a mí tampoco me creen cuando digo que soy lesbiana porque no me parezco a la imagen de lesbiana que mucha gente tiene en mente: una imagen masculina, claro.

Probablemente no me he explicado del todo bien. Lo que quiero decir es que, efectivamente, una cosa es cómo manejes los roles de género y otra muy distinta tu orientación sexual. Pero esto suele confundirse.

Por un lado, está la idea tradicional de que una mujer lesbiana es absolutamente masculina. Por otro, está la idea, más moderna, de que una mujer lesbiana es absolutamente femenina.

A mí me molestan ambas posturas porque sólo describen, y a medias, la experiencia de una parte de las mujeres lesbianas, pero no de todas.

He visto a muchas mujeres lesbianas "femeninas" meterse con las que son más masculinas, y eso me ha provocado mucha tristeza. Lo contrario también me la daría, pero he de reconocer que lo he visto mucho menos. Por eso estoy especialmente sensibilizada con el tema.

Creo que lo que deberíamos defender es el derecho a manejar los roles de género a nuestro antojo, igual que el derecho a vivir libremente nuestra orientación sexual. Entiendo que las mujeres lesbianas "femeninas" (entre las que probablemente me encuentro) necesitamos de mayor visibilidad, pero no a costa de mujeres que son como nosotras y que encima sufren una discriminación extra porque se identifican con algunas características masculinas que, además, las hacen más visibles, sobre todo para mal.

Entiendo y comparto la separación entre género y orientación sexual, pero a veces, en su nombre, se llevan a cabo nuevas discriminaciones y se crean nuevos estereotipos que me parecen muy tristes, la verdad.

Ser lesbianas no tiene que ver con ser masculina o femenina, pero ambas son opciones que debemos respetar por igual.

Por otro lado, hay mujeres que consideran "pruebas" de su homosexualidad cosas como haber jugado al fútbol de pequeña u odiar el maquillaje. Esto no es así para todas, pero para algunas sí, y creo que es una experiencia personal que se debe respetar, exactamente igual que si una es una completa maruja y se considera lesbiana sin necesidad de probarlo más que amando a una mujer.

Me da mucha tristeza que las mujeres lesbianas andemos peleando por quiénes somos más "puras", si las masculinas o las femeninas... me parece una pérdida de energía y una memez. Lo que me gustaría es que, precisamente nosotras, aceptásemos como norma la diversidad, y nos respetásemos en nuestras experiencias, las compartamos o no, aunque sólo fuera por no actuar con la misma homofobia que nos vemos obligadas a sufrir.

Bueno, este es un poco mi pensamiento. Espero haberme explicado mejor, y siento si te han molestado algunos de mis comentarios... ¡los repasaré!

¿Qué más puedo decir? ¡Soy una fanática de "The L Word"! :-)

Anónimo dijo...

"Si la normalidad es obviar mi realidad, yo no quiero esa normalidad". ¡Dios, qué frase! Me ha llegado al alma... Creo que has estado acertadísima en todo lo que has dicho y estoy completamente de acuerdo contigo en que no se debe aceptar una normalidad que traiciona nuestro ser. ¡La normalidad implica expresión y desarrollo auténtico de lo que somos y si no, es caca!

Anónimo dijo...

Título del post: Normalización del hecho lésbico
Resumen: Este post surgió como un comentario al original de Encantada Blog del Jueves 13 de Septiembre del 2007 titulado "Qué normalidad?"

Siempre consideré necesaria y beneficiosa la normalización de lo que se ha dado en llamar el hecho lésbico. Lo que yo entendía por normalización consistía en una especie de reconocimiento del lesbianismo como un hecho natural por la sociedad toda, con la correspondiente equiparación de derechos y posibilidades.

Encantada: si me lo permitís, seguiré analizando tu riquísimo post en futuras entradas en mi blog.

salu2

Blog: Hay mujeres

Fecha: Viernes, 14 Sept 2007.

Luz dijo...

hola, llegue por el post de "hay mujeres" al que creo por la respuesta de Marga, que no entendi del todo.- asi que vine a ver de que se trataba.
Creo que la eleccion de ojeto de amor y la identificacion de genero, si bien por un lado no escapan a la cultura, como todo acto humano, tampoco define la cuestion, coincido que la cosa no pasa por que "normalicen" o "este bien visto" la eleccion de amor, pero la cuestion de la identificacion de genero tampoco resuelve la cosa. Por lo cual es verdad como decis que lo necesario es salir del armario, que por supuesto "existe" como reparo ante el afuera, ya que nadie se mete en un armario, sino no teme al cuco!(como referencia infantil) La cosa es que este cuco, a veces fuera del armario, otras adentro del armario mismo, No se lo vence desde lo individual, sigo pensando y es aqui donde vos me diras si no he entendido nada, que el tema de la normalidad vs anormalidad es ideologico y versa muchas veces sobre cuestienes estadisticas, y desde ahi se legisla o se normativiza. La lucha es ideologica es decir ¿ que carajo es lo normal? y para quien? quienes? y con que fines? es contra "esos cucos" con intensiones claras, con normatividades que garanticen su estabilidad socio/cultural. Creo que es amplio y complejo el problema. Porque se juegan nuestras propias garantias dentro del sistema, si bien es verdad que uno no puede querer esa "normalidad", al quedar por fuera perdemos legalidades que otros disfrutan. Acto sumamente injusto.- Como decias la homosexualidad pone en jaque no solo al patriarcado... Es ahi donde "normalizarla" atenta contra el sistema.- La lucha se amplia si tomamos reclamos de muchos otros sectores marginados.- Un beso y espero haer entendido a lo que apuntaban

Christian dijo...

Hola Encantada!

Estoy encantado de leer tu post... realmente me pareció un discurso brillante y estoy en un todo de acuerdo. Las cuestiones de género que no son un tema menor. A mí como puto muchas veces me pasa de toparme con tipos que hacen gala de la virilidad de una forma que no se puede creer, el rechazo a las maricas y la cantidad de putos que se quieren hacer los chongos futboleros es muy desagradable, porque hay transa, hay homofobia internalizada... No quiero ser macho, no me interesa ser como dios manda, yo quiero ser puto porque esa es mi realidad, porque es mi manera de ser y sentir...
yo llegué a tu post por el de Hay mujeres también y cuando iba a responderle a Marga, terminé posteando en mi blog yo también!
Así que te invito a que te des una vuelta y leas algo que escribí al respecto de la normalidad y la heteronorma: www.pasajesdeida.blogspot.com

Desde ya que me agendo tu blog para pasar más seguido...

Besos queer!!

Chris

encantada dijo...

Caca todo aquello que no signifique autenticidad: 100% de acuerdo.

Bueno, he de agradecer a Marga que me mande tantos lectores "rebotados" desde su blog. ¡Eso sí que es estar enredadas!

Para Luz diré que escribo desde España, donde las personas homosexuales estamos ya legalmente "normalizadas". El problema es que socialmente aún se nos discrimina, y se pretende hacernos pasar por lo que no somos para que dejemos de resultar molestos a los demás. No me refería a la normalidad legal, algo por lo que hay que luchar siempre, sino a cierta "normatividad" social que atenta contra la identidad de muchos de nosotros. Yo creo que todos debemos tener los mismos derechos y después ejercerlos o no según cada uno crea. Eso no lo discuto, y por supuesto, salirse del sistema no nos ayuda para nada. Por eso estoy de acuerdo contigo en que normalizar nuestra diversidad acaba desde dentro con el sistema que nos discrimina. Pero normalizar nuestra diversidad: no hacernos pasar por lo que no somos y otros quieren que parezcamos.

Para Christian, me alegro de que te haya gustado mi entrada, ¡y enseguida me paso por la tuya! Yo también creo que cada uno debe ser libre de expresar lo que siente, y que muchas veces no se hace por temor a la discriminación. También tengo la experiencia de ver a chicas muy femeninas ir abandonando algunos de presuntos "rasgos femeninos" según se iban aceptando como lesbianas, lo cual indica que algunos de esos rasgos estaban provocados por la educación o por la homofobia interiorizada. Eso no quiere decir que todas las lesbianas sean masculinas o que los gays auténticos sean femeninos, sino que, como tú dices, la cuestión de género no es algo menor, pues determina muchas de nuestras experiencias. Es muy triste que alguien que se expresa tal y como se siente tenga que sufrir discriminación por parte de las personas que, en teoría, son como él y deberían entenderlo. A eso me refería en mi post, a la tristeza que me da ver a las personas homosexuales tratándose tan mal unas a otras por cuestiones de género cuando deberíamos estar unidas contra la discriminación que sufrimos a causa de nuestra orientación sexual.

En fin, un tema apasionante que parece que va para largo... :-)

Luz dijo...

hola mujer si el tema da para mucho!En realidad no habia quedado confundida por tu analisis, sino por otro desde el cual llegue a este. Subi un fragmento de los anormales a mi blogs que hace un buen analisis de las estructuras de poder, te espero por alla.- un beso grande

Christian dijo...

Hola Encantada!

Gracias por pasar por mi blog y gracias por comentar!

Como te gustó la frase de esa canción, se me ocurrió dejarte acá la letra completa para que la veas. Si querés el audio lo podés buscar en cualquier buscador. La intérprete es Julia Zenko (cantante argentina). Si no lo encontrás me lo pedís, no hay drama.

Chris

Me enseñaron todo mal
(Mario Schajris - Leo Sujatovich)

Me enseñaron todo mal, me contaron otra historia,
Me llenaron de palabras,que aprendieron de memoria.

Los deseos controlados,los recuerdos del pasado,
Y el temor a los que digan los demas.

Me enseñaron todo mal,siempre habia algun pretexto,
Pero nadie me explicaba de una vez,lo que era el sexo.

Para parecer normal,yo debia ser igual,
A los que me han enseñado todo mal.

Para parecer normal,yo debia ser igual,
a los que me han enseñado todo mal.

Me enseñaron todo mal,quisieron cortar mis alas,
Disfrazaron el amor,para que no pasara nada,

No fue facil el camino,pero pude despegar,
Aunque me hayan enseñado todo mal.

Me enseñaron todo mal,al final abri la puerta,
Y mientras el mundo gire voy a seguir,dando vueltas.

Yo no quiero repetir,con los que vienen atrás,
Eso de andar enseñando todo,todo mal...

encantada dijo...

Gracias por la letra, es preciosa... ¡y describe perfectamente nuestra experiencia!

Anónimo dijo...

Me ha gusta la columna, y la comparto.

Creo que los presidentes y gestores de los países padecen un problema grave: incapacidad para gobernar, tal como está establecida esta sociedad. Si no se cambia de paradigma, esta civilización tiene sus días contados. Los problemas actuales no se pueden solucionar individualmente ni despóticamente.
Esta civilización si sigue así tiene fecha de caducidad, y cercana. El ser humano es libre por naturaleza y se está negando a si mismo. La normalidad es la trampa que niega la realidad.

Aquí tenéis una carta sobre una reflexión. Una reflexión sin el complemento de una acción, con el tiempo se vuelve estéril, hasta que se olvida, y deja de haber huella de la misma, y eso puede debilitar al ser auténtico
http://www.tic3tac.com/carta_1.htm

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